La fórmula parece sencilla, si aceleramos nuestro metabolismo reduciremos más rápido esos kilos de sobra que tenemos en nuestro cuerpo.

A fin de cuentas, una de las razones que se mencionan cuando se habla de sobre peso es que algunas personas tienen un metabolismo lento.

El problema es que no se trata de ecuación matemática en la que 2 + 2 = 4.

Cuando hablamos de metabolismo en este sentido nos referimos al "ritmo metabólico en descanso", que es la cantidad mínima de energía que necesita nuestro cuerpo para llevar a cabo los procesos químicos en todas nuestras células, que nos permite mantenernos con vida, como la digestión, respiración y el transporte de sustancias hacia y desde las células.

Es en este proceso que nuestro organismo gasta entre el 50 y el 70% de toda la energía que consume en el día.

Hay varios factores que determinan el metabolismo en descanso, entre ellos la edad, la estatura y el nivel de actividad.

Pero si bien difiere entre persona y persona, pocas personas tienen un ritmo metabólico particularmente alto o bajo, y es inusual que sea un factor relevante para determinar si eres flaco o gordo.

En todo caso, acelerar nuestro ritmo metabólico en descanso puede ser útil. Con el tiempo, quemar unas pocas calorías extra puede ayudar a controlar el peso.

Pongámoslo a prueba

Con esta hipótesis el equipo del programa de la BBC "Confía en mí, soy doctor" realizó un experimento de ocho semanas en el que dividió a un grupo de 28 voluntarios en tres subgrupos.

El primero bebió cada día un litro de agua enfriada en la nevera a una temperatura de 5ºC.

La idea es que al tomar el agua fría el cuerpo necesita usar energía para aumentar su temperatura en un proceso que se conoce como termogénesis.

El segundo grupo tuvo que beber té verde descafeinado cuatro veces al día. De esta manera el cuerpo recibiría una dosis de catequina, un químico natural al que se le asigna la capacidad de estimular el ritmo metabólico para quemar más grasa.

Los miembros del tercer grupo hicieron una serie de ejercicios utilizando una banda de resistencia para completar una hora de actividad física a la semana.

La idea era aumentar la musculatura y perder algo de grasa. El tejido muscular requiere más energía para mantenerse que el tejido graso, de manera que eso debería resultar en un aumento en el ritmo metabólico en descanso.

Qué pasó

En los dos primeros grupos se registró un ligero cambio en el peso en algunos voluntarios, pero no alcanzó a cambiar el promedio del ritmo metabólico en descanso de los grupos.

En ambos casos, los pocos cambios individuales fueron tan pequeños que el efecto del agua fría o el té era inapreciable.

Otros estudios con ambas bebidas han tenido resultados similares.

En cuanto en el tercero, un escáner mostró que 7 de los 9 voluntarios aumentaron su masa muscular, lo que a la larga producirá un cambio en su organismo y en su metabolismo de continuar con el mismo progreso.

Qué significa

El experimento mostró que cualquier remedio rápido que prometa aumentar el ritmo de tu metabolismo para ayudarte a perder peso probablemente no funcione.

El hecho de que no hubo cambios en nuestros dos primeros grupos indica que hay muy pocas cosas que puedes hacer para aumentar tu ritmo metabólico sin esfuerzo, y esta conclusión es respaldada por investigaciones científicas más amplias.

En cambio, el progreso de nuestro grupo de ejercicio en sólo 8 semanas es prometedor, y otras investigaciones en este campo también confirman que una de las mejores maneras de acelerar tu ritmo metabólico es aumentando tu masa muscular, pues tu cuerpo necesita quemar más calorías para mantenerla.

Publicidad