¿Podrá seguir cantando Maurice al amanecer? Un tribunal francés comunicará este jueves su veredicto sobre el insólito caso de este gallo al que sus vecinos acusan de cantar demasiado temprano.

Maurice se ha convertido en un símbolo de la resistencia rural en Francia, donde una petición para "salvarlo" ha recabado más de 140.000 firmas.

Su cacareo al alba molesta a los propietarios de una residencia secundaria en la turística isla de Oléron, en el suroeste de Francia.

Si el tribunal de Rochefort (suroeste) le da razón a la pareja de jubilados, la propietaria de Maurice, Corinne Fesseau, tendrá 15 días para alejar al ave o hacerla callar. Si no lo hace, deberá pagar una multa de 150 euros por día y 1.000 euros en concepto de daños y perjuicios.

En una vista el pasado 4 de julio, Maurice fue acusado de "perjuicio sonoro". 

No es un juicio de "la ciudad contra el campo. Es un problema de perjuicio sonoro. El gallo, el perro, la bocina, la música... se trata de un caso sobre el ruido", sostuvo el abogado Vincent Huberdeau, que representa a los demandantes.

Saint-Pierre de Oléron tiene "casi 7.000 habitantes en invierno y 35.000 en verano", argumentó. "Mis clientes viven en una zona clasificada residencial en el Plano Local de Urbanismo. ¡No es el campo!", dijo.

Para la propietaria de Maurice, "el campo tiene derecho a sus ruidos. El gallo tiene derecho a cantar, los gallos no cantan desde las 4h30 de la mañana indefinidamente".

Más de 140.000 personas han firmado peticiones en los últimos meses en apoyo de Maurice. Bruno Dionis du Séjour, alcalde de la pequeña localidad de Gajac (suroeste), promueve incluso que los ruidos del campo sean clasificados como "patrimonio nacional" francés. 

La decisión del tribunal de Rochefort será comunicada el jueves por la tarde.

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