Hace 225 millones de años, los dinosaurios eran quienes caminaban por la Tierra, hasta que un intenso cambio climático provocado por la caída de un gran meteorito o por erupciones volcánicas, según distintas teorías, provocó el fin de esta era. 

En América del Sur se han hallado bastantes terrenos que son favorables para la investigación paleontológica, y recientemente se descubrió la huella más antigua de un dinosaurio tireóforo en el hemisferio sur, en Argentina para ser exactos. 

Los tireóforos (Thyreophora) son un suborden de dinosaurios herbívoros que habitaron la Tierra desde principios del período Jurásico (hace aproximadamente 200 millones de años) hasta fines del Cretácico (hace alrededor de 65 millones de años).

El hallazgo que fue publicado en la revista Journal of South America Earth Science, da cuenta que este grupo de animales ya no era de origen boreal y que habían arribado al sur poco antes del comienzo del Cretácico, como se creía. 

La huella fue encontrada por Pazos junto a un grupo de colaboradores en la Formación Lajas, una unidad geológica del Jurásico que forma parte de la Cuenca Neuquina- más específicamente en la localidad de Covunco (Neuquén), en Argentina.

"En Sudamérica las huellas más antiguas que se conocían de tireóforos se habían hallado en Brasil y correspondían a una etapa límite entre el Jurásico Tardío y el Cretácico Temprano. Más al sur, los registros que había correspondían al período Cretácico", explicó Pablo Pazos, investigador independiente del CONICET y director del Instituto de Estudios Andinos "Don Pablo Groeber", en la página del CONICET. 

Una característica particular de este hallazgo es que a diferencia de lo que ocurre generalmente, se trata de una única huella aislada de un pie -lo más frecuentes es encontrarlas de a pares o componiendo una caminata- y que está sobre un plano inclinado y no en uno horizontal como suele suceder.

“La marca del pie del dinosaurio está preservada en una estructura sedimentaria que se genera por corrientes fluviales y eso produce la formación del plano inclinado. Es posible que la superficie sobre la que pisó el dinosaurio estuviera sumergida, aunque no totalmente, y que la humedad y las matas microbianas hayan favorecido su preservación. Esto resulta consistente con la hipótesis que encontramos revisando la literatura de que los estegosaurios podían atravesar pequeños cuerpos de agua”, indica Pazos.

Aunque aun no se puede determinar con exactitud la edad del sitio en el que fue realizado el descubrimiento, los investigadores deducen que debe tener más 163 millones de años y menos de 170 millones de años.

"Sabemos que lo que viene arriba pertenece al Calloviano (entre 166,1 y168,3 millones de años atrás), una edad temprana del Jurásico Medio. Por lo tanto, la huella como muy nueva podría ser de la primera parte del Calloviano, pero no se puede descartar sea incluso un poco más vieja. De lo que estamos seguros es que se trata hasta ahora de la más antigua de un tireóforo hallada en lo que fue el supercontinente Gondwana”, concluye el investigador.

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