Cuando recorres grandes distancias en un viaje, ¿te ha pasado que la ida es mucho más larga y tediosa que el regreso a casa? Este fenómeno se conoce como “efecto viaje de vuelta” y fue resuelto por un grupo de investigadores japoneses.
Los científicos publicaron una investigación en Plos One que fue difundida por L.A Times, donde señalaron que el efecto de sentir que volvemos más rápido, a pesar de recorrer las mismas distancias, tiene que ver con las “memorias del viaje” que tenemos del recorrido.
Como no conocemos el lugar al que viajaremos, no sabemos que puede venir a continuación. Mientras que cuando vamos de regreso, comenzamos a recordar los lugares que vimos en la ida, y ya podemos determinar cuanto nos falta de viaje.
“El efecto viaje de vuelta, no es un tema de distancias, si no que depende de un juicio del tiempo basado en la memoria” dijo Ryosuke Ozawa, de la Universidad Osaka.
Otra de sus teorías se basa en las expectativas. Cuando nos vamos de vacaciones, estamos demasiado ansiosos por llegar a nuestro destino, y el viaje se vuelve más lento de lo que en realidad es. Y al volver, pensamos que nos espera una gran distancia por recorrer, y nos volvemos más pacientes, lo cual produce que el viaje no se vuelva tan largo.