Si usted quiere ver cómo un verdadero millonario se gasta su fortuna, hay pocos lugares más propicios para hacerlo que la exhibición de yates de Mónaco.

El enorme puerto del principado europeo está lleno de embarcaciones de lujo que pertenecen a millonarios, quienes no solo están orgullosos de su estilo de vida, sino que siempre buscan alguna alternativa para mostrarlo.

Una historia que escuché fue la del dueño de una de estas supernaves que había descubierto un nuevo uso para su embarcación: llevar a sus hijos al colegio en yate.

Para otros, un megayate por sí solo ya no es suficiente – además necesitan los últimos accesorios.

Entre ellos, los más nuevos modelos de estas máquinas a los que, según sus promotores, les ha llegado su momento de brillar: el submarino "personal".

En movimiento

Muchos de los últimos modelos fueron exhibidos en la feria de Mónaco de septiembre pasado, incluyendo un ejemplar de una pequeña compañía estadounidense, DeepFlight.

La idea de las personas que venden este tipo de submarinos es la de ofrecer "sensaciones inolvidables".

La empresa fue fundada por el ingeniero e inventor británico Graham Hawkes, quien ha tenido una destacada carrera.

Por muchos años fue el poseedor del récord mundial de buceo en profundidad y fue uno de los diseñadores del submarino que se utiliza en la película de James Bond, "Solo para tus ojos" (1980).

Durante años Hawkes estuvo buscando la forma de construir una nave que lograra llegar al fondo de los oceános. Pero en 2012 fue superado por James Cameron, así que cambió el rumbo de sus negocios.

Ahora, su compañía produce una serie de naves sumergibles dirigidas al mismo público de los yates, además de investigadores marinos y otros.

Y una de sus estrategias de marketing, le dijo Hawkes a la BBC, es destacar que el submarino personal es capaz de brindar experiencias "inolvidables".

Sensaciones inolvidables

Una vez, cuando él llevaba al fundador del grupo Virgin, Richard Branson, por un viaje submarino, tuvieron un encuentro con un tiburón blanco que pasó a su lado.

Algunos científicos se oponen a la popularización de estas embarcaciones que podrían generar un daño al ecosistema marino.

"Era más grande que el sumergible en el que íbamos. Yo miraba con admiración a este gran depredador y Branson me decía 'acércate, acércate'", anotó Hawkes.

"Y todo lo que recuerdo es estar diciéndole a este famoso empresario que de ninguna manera iba a acercarme a un tiburón blanco, pero terminamos riéndonos de todo", agregó.

Los submarinos que produce DeepFlight se diferencian de las otras pequeñas embarcaciones porque siempre están flotando y necesitan estar en movimiento para permanecer bajo el agua.

Si el empuje desaparece por alguna razón, la embarcación volverá a flotar de inmediato, lo que para Hawkes es una garantía de seguridad.

El Super Falcon tiene el mismo principio de una aeronave.

"Tiene una especie de alas y necesitas agarrar algo de velocidad, como hacen los aviones al despegar, pero solo que bajo el agua. Luego, en algún momento pones las alas hacia abajo y el submarino comienza a ganar profundidad", explicó.

El avance en la tecnología ha permitido reducir los costos de producción de este tipo de submarinos que los hacen más accesibles.

Otro modelo, El Dragón, es más parecido a un helicóptero, que puede "planear" bajo el agua.

Nuevo negocio

Los pequeños submarinos han estado disponibles por largo rato, pero solo en los últimos años se ha creado un mercado verdadero.

"Hace 20 años fuimos con varios de nuestros submarinos de lujo a una feria de yates y nos dijeron '¿qué hacen estos locos acá?", le dijo a la BBC L. Bruce Jones, el propietario de la marca Triton Submarines.

"Pero ahora somos más que aceptados", añadió.

Una de las razones detrás del cambio de hábitos es el avance de la tecnología, lo que ha ayudado a bajar los costos de producción.

La línea Triton incluye submarinos alimentados a batería que pueden sumergirse a cientos de metros por muchas horas antes de que necesiten regresar a la superficie.

El ingeniero Graham Hawkes ha sido uno de los pioneros en la construcción de submarinos personales.

Otra característica de diseño que está resultando bastante popular entre los clientes es el incremento notable en el tamaño de las ventanas.

"En el pasado, sólo teníamos estos cascos de acero sometidos a grandes presiones con unas ventanitas pequeñas", señala Erik Hasselman, del fabricante holandés U-Boat Worx, que también exhibe sus productos en la feria de Mónaco.

Hasselman cree que las mejoras recientes en la tecnología de producción de acrílico significarán que "se podrán construir estas grandes esferas acrílicas donde la gente pueda tener ventanas realmente enormes" y así conseguir una vista privilegiada de lo que ocurre debajo de las olas.

La salud de los oceános

Nada de eso sale barato. Los precios por el sumergible personal más pequeño no bajan de los US$1,5 millones.

Con estos costos, es seguro que estos productos seguirán siendo del dominio exclusivo de los adinerados, los clientes corporativos y los organismos de investigación que cuenten con abultada financiación para su actividad.

Sin embargo, los fabricantes de submarinos también ven posibilidades de crecimiento sustancial en el mercado del ocio, en el que ya hay operadores que ofrecen viajes turísticos bajo la superficie acuática en pequeños submarinos.

Hawkes en uno de sus submarinos en los que ha paseado con varias figuras entre ellas el empresario británico Richard Branson.

Si eso sucede, entonces es posible que se dedique una mayor atención a la salud de los océanos del mundo, algo que preocupa sobremanera a muchos científicos.

Por el momento, dice Hawkes, este problema puede parecerle lejano a muchas personas.

Pero, se pregunta, ¿qué pasaría si el político y el pescador y el ama de casa comienzan a preocuparse por los daños en un océano al que han ido y han visto de primera mano?

"Lo que pasa hoy es que nadie puede ir, nadie puede ver (bajo la superficie). Estamos tratando de cambiar eso".

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