Doble párpado, joroba, manos en forma de gancho y un cerebro más pequeño. Estos son algunos de los cambios que experimentará el cuerpo humano tras el uso constante de celulares.

De acuerdo con el modelo de representación corporal que fue publicado por la compañía de comunicaciones Toll Free Forwarding, la estructura y postura del cuerpo se modificará para optimizar el uso de dispositivos móviles

El modelo 3D bautizado como "Mindy" presenta una espalda encorvada, cuello corto, deformación de manos, dedos y codos e incluso la aparición de un segundo párpado

Caleb Backe, un experto en salud y bienestar de Maple Holistics, quien colaboró en el modelo 3D, afirmó que "pasar horas mirando hacia abajo, en el teléfono, deforma el cuello y la columna vertebral pierde su equilibrio. En consecuencia, los músculos del cuello tienen que hacer un esfuerzo adicional para sostener la cabeza".

"Sentarse frente al computador durante horas también significa que el torso se inclina más adelante de las caderas en lugar de estar situado derecho y alineado sobre ella", agregó el experto.

La doctora Nikola Djordjevic de Med Alert Help explicó que la mano sufrirá una modificación, adquiriendo forma de garra.

"Hace unos años, el uso de internet móvil superó el de computadores de escritorio, y ahora tenemos Internet en nuestras manos. Sin embargo, la forma en que sostenemos nuestros teléfonos puede causar tensión en ciertos puntos de contacto, lo que provoca una "garra de texto", que se conoce como síndorme de túnel cubital", adviertió la doctora.

Ante la constante exposición ante la luz de las pantallas, el ojo humano podría desarrollar un doble párpado como membrana.

 Kasun Ratnayake de la Universidad de Toledo (EEUU), mencionó que "los seres humanos podrían desarrollar un párpado interno y más grande para evitar la exposicion a una luz excesiva, o el cristalino del ojo podría evolucionar de tal manera que bloqueará la luz azul entrante, pero no otras luces con alta energía luminosa, como el verde, el amarillo o el rojo".

Publicidad