En el estado de Washington (Estados Unidos) los inviernos son muy duros. Y John Lunceford, conductor de un autobús escolar, lo supo bien cuando vio que uno de los alumnos que esperaba el bus lloraba por el frío, según cuenta el huffingtonpost.
John Lunceford, un veterano del Ejército que maneja un autobús escolar en Washington, fue testigo del dolor que pueden provocar las bajas temperaturas. Un día se dio cuenta que uno de los estudiantes que se subía al autobús lloraba desconsoladamente por frío. "Soy abuelo", contó el hombre, "y nadie quiere ver a un niño sufrir así".
El estudiante tenía las manos y las orejas totalmente rojas. El conductor, al ver al niño de esa manera, le dio sus propios guantes e intentó calmarlo.
Pero la historia no termina ahí...
Cuando el chófer terminó su jornada, fue a una tienda y volvió al colegio del niño con 10 gorros y 10 pares de guantes. Un conserje le ayudó a encontrar al pequeño, que estaba en la biblioteca y recibió feliz el regalo.
Entonces, el conductor dijo a los demás alumnos presentes en la biblioteca que si alguien subía a su autobús sin gorro ni guantes tenía que ir a hablar con él. "Yo me ocuparé de ustedes", añadió.
Enseguida, una niña respondió a su propuesta pidiéndole un gorro. "Yo cuidaré de ti, pequeña", contestó el conductor. Así lo ha contado la propia web de la escuela en una publicación de Facebook, que ya cuenta con más de 10.000 me gusta.