El director chileno Alan Fischer regresa después de “Hijo de Trauco”, largometraje estrenado en el 35° Festival de Cine de La Habana que ha sido seleccionado y premiado en más de 30 festivales en América, Asia y Europa. Su nueva película se titula “El Estado Imaginario”, largometraje que continúa obteniendo importantes reconocimientos desde que comenzó a recorrer festivales internacionales.
Ahora llegará a Chile con estreno simultáneo con otros países. Esto será el 21 de abril. Habrá funciones el 22 y el 23 en modalidad online por Altoparlante.cl.
Inspirada en hechos reales, la película cuenta la historia de un hombre chileno que viaja a Suecia intentando encontrar la respuesta a un ataque terrorista.
“El Estado Imaginario” comienza con tomas aéreas de Estocolmo y una persecución que instalará la intriga de una película que mantendrá a la audiencia expectante.
“La película tiene varias capas y se puede interpretar de distintas maneras”, opina Fischer sobre un filme hablado en sueco, español, kurdo, árabe y farsi.
“Pero finalmente cuenta la historia de un hombre que busca conectar consigo mismo, con el resto y con su pasado en busca de la verdad. Es un thriller psicológico o bien, un drama cargado de suspenso”, agrega.
El director destaca que la película está inspirada en hechos reales.
“Nace como una respuesta cinematográfica a los distintos atentados terroristas que han ocurrido en los últimos tiempos, sobre todo los que han sido perpetrados en Argentina, Francia y Suecia que han impactado al mundo por su violencia y sin sentido”, aclara. “También los casos de chilenos que se unieron a las filas del Estado Islámico me han desconcertado profundamente. Estos chilenos que dejaban todo atrás y arriesgaban sus vidas para ir a Irak y Siria a vivir en una cultura tan distante a las suyas de origen, y en un ambiente tan hostil. Me han hecho cuestionarme mucho acerca de las motivaciones personales en relación a los motores de agrupaciones y organizaciones y acerca de la violencia y el espiral negativo de la venganza”, continúa.
“El estado imaginario” está protagonizada por Francisco Sobrado, destacado actor chileno-sueco que ha formado parte de destacadas películas y series de TV en su país.
“La tradición teatral en Suecia es muy potente y muchos de los actores de la película provienen del mundo del teatro, incluyendo a Francisco Sobrado, el protagonista”, destaca Fischer. “Él es un gran actor chileno-sueco que caló hondo en la psiquis del personaje principal, interpretándolo de manera magistral a alguien con virtudes y falencias, que se encuentra, de pie sobre un precipicio, dispuesto a tomar grandes riesgos, pero siempre desde esta vulnerabilidad que va acrecentando su inestabilidad de principio a fin”, agrega.
En la producción, en tanto, está el chileno radicado en Suecia Igor Cantillana, quien se ha dedicado a la inclusión de jóvenes migrantes de Estocolmo a través del cine, el teatro y la música. “Con Igor nos enfocamos en la búsqueda de los actores para los roles principales. Teníamos que encontrar a los actores que calzaran con los perfiles multiculturales. La película está hablada en cinco idiomas. Había personas de 10 nacionalidades que hablaban diferentes idiomas. El rodaje de la película duró varios meses en Estocolmo, y después filmamos en Santiago las escenas que transcurren en Chile”, detalla el director.
Para Fischer, el lenguaje es un elemento fundamental en el filme. “Es a través del lenguaje que se crean construcciones imaginarias, como las organizaciones, ideologías, religiones y estados”, analiza.
“El estado imaginario” es, después de todo, una película muy actual. “Vivimos en un mundo globalizado e incierto donde todo puede cambiar de un día para otro”, agrega Fischer.
“Los cambios sociales, la pandemia, la inminente guerra, han reestructurado la percepción de la cotidianeidad y al mismo tiempo han hecho valorar más la ‘normalidad’. Justamente eso es lo atractivo de esta historia. De un momento a otro la vida de un hombre y la de su familia cambia para siempre, y vemos de qué manera él se adapta a esta nueva realidad donde todos parecen ser muy distintos, pero al mismo tiempo son tan parecidos a la vez. Es importante compartir esta historia con el público chileno, porque es una historia basada en la realidad, de un chileno en Suecia, llena de datos y hechos concretos que han ocurrido, entonces actúa como registro. Pareciera provenir de mundos distantes y paralelos, pero efectivamente existe tan cerca nuestro, al otro lado de la cordillera sin ir más lejos, o en Suecia, donde vive una de las comunidades más grandes de chilenos y chilenas fuera de Chile. Es una película entretenida, atrapante, donde se narra un misterio sin resolver, de acción y suspenso, y que, al mismo tiempo, toca temáticas profundas que hacen reflexionar y dialogar”, cierra.
