La historia de Francisco Hernández, un indigente de 43 años, se ha transformado en el ejemplo perfecto de lo que significa la honradez en el mundo de hoy. 

El hombre, lleva seis meses en la calle sin un hogar definitivo. Por las noches duerme en el albergue de la Fundación Jesús Abandonado en Murcia, España, donde en ciertas ocasiones recibe comida.

En el día, se dedica a estacionar autos en una de las tantas calles de la ciudad, lugar donde el miércoles pasado se llevó una sorpresa.

Mientras realizaba su trabajo, se topó con las llaves de una moto en el suelo. Si bien, no tenía idea de quién era el dueño de estas, decidió dejar una nota para avisar que estaban en su poder y que las guardaría hasta que el propietario viniera a buscarla.

En un inicio, Hernández trató de darles las llaves a la policía local, sin embargo estos le dijeron que tenía que entregarlas en la comisaría. Debido a la larga distancia para llegar ahí, Francisco prefirió pedir un papel en un bar y escribir la nota. 

"Ni se me pasó por la cabeza abrir la maleta y rebuscar si había dinero. No soy capaz de tocar nada. Mis padres me inculcaron la honradez para poder ir por la calle con la cabeza bien levantada", dijo Hernández a Verne.

Afortunadamente Pedro Teruel, de 27 años y el dueño de las llaves, dio con este mensaje y pudo recuperarlas. Fue tanta la emoción que le causó el gesto de Francisco Hernández que publicó la nota en Facebook, la cual enseguida se volvió viral. En solo una semana más de 10.000 personas le han dado me gusta a la publicación y más de 4.000 la han compartido. Incluso la historia ha llegado a aparecer en canales de televisión de la localidad de Murcia.

"Esto no puede estar pasando", pensó. "No me lo creía; que de verdad exista gente así", afirmó Teruel a Verne.

"Me acerqué allí, le di las gracias e intenté darle el poco dinero que llevaba encima, aunque esto no se puede pagar. Pero él me decía que no lo hacía por dinero, que nos tenemos que ayudar entre nosotros", agregó.

Luego de recuperar sus llaves, Teruel invitó a comer a Hernández, para agradecerle por el gesto. El aclara estar consciente que si no fuera por este hombre, quizás nunca hubiera vuelto a ver su moto, debido a que estaba estacionada en un barrio "conflictivo".

"La gente buena existe y es de verdad". "Para mí es un gesto de esperanza", afirmó.

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