Un 13 de noviembre de 2005, el mundo de la lucha libre quedó en shock: Eddie Guerrero fallecía producto de una falla cardíaca y enlutaba a WWE, junto al resto de su fanaticada a nivel mundial.
Con los años, la tragedia fue relatada en distintos trabajos audiovisuales, tanto oficiales como no oficiales, de la marca más grande de lucha libre a nivel mundial.
Ese fatídico día, Eddie, su sobrino Chavo Guerrero y el canadiense Chris Benoit, se reunirían desde temprano en un gimnasio para entrenar. La reunión no se llevó a cabo.
Esa madrugada, Chavo fue alertado sobre unas llamadas que realizó su tío en el hotel. Al encontrarlo, Eddie Guerrero ya casi no tenía reacción y, como relató Chavo, "murió en mis brazos".
La desgarradora noticia golpeó a su íntimo amigo Chris Benoit, que fue protagonista de una terrible historia tan sólo dos años después, cuando asesinó a su familia antes de quitarse la vida.
Varias estrellas de WWE aseguran que, desde la noticia del fallecimiento de Guerrero, Benoit cambió para siempre.
Eddie Guerrero, el 'Latino Heat': un carisma único y una habilidad incomparable
Considerado un prodigio desde niño, Eddie Guerrero desciende de un linaje dedicado casi exclusivamente a la lucha libre. Por ese motivo, no fue tan sorpresivo que a los 20 años ya fuera considerado un profesional.
Nacido en 1967, el "Latino Heat" (calor latino) como lo apodaban en WWE, tuvo una carrera ascendente: comenzó en su natal México, para luego pasar a Estados Unidos, donde destacó en WCW, la empresa rival de WWE en los años 90's.
A pesar de su meteórico ascenso, fueron años oscuros para Eddie: sus adicciones le privaron de contratos, oportunidades e incluso estuvo a punto de perder a su familia. Pero lograría rehabilitarse.
Tras la compra por parte de la gigante del wrestling a su rival, Guerrero fue un luchador destacado pero sin la categoría de "Main Eventer", que era destinada a tipos como The Rock, Triple H, Undertaker o Stone Cold.
Sin embargo, tras varios años de consagración de su lema 'Viva la Raza' y su frase "I lie, I cheat, I steal" (Yo miento, engaño y robo), su personaje de latino carismático, bonachón y sus creativas formas de ganar, conectaron tanto con la fanaticada, que tuvo su recompensa: una oportunidad por el Campeonato de WWE.
En una lucha que pasó a la historia, el latino derrotó al gigante Brock Lesnar para consagrarse monarca de WWE y tocar el cielo de la lucha libre en el evento No Way Out en 2004.
Tan sólo meses después, en el evento más importante del año, WrestleMania XX, retuvo su campeonato ante Kurt Angle y su amigo Chris Benoit ganó el otro cinturón más importante de la marca el World Heavyweight Championship, dejando una postal que la fanaticada recuerda con nostalgia: ambos, con lágrimas en los ojos, abrazados, con sus campeonatos y recibiendo el cariño de un Madison Square Garden en Nueva York que los ovacionó.