¿Cómo saber si la exposición a la luz solar directa daña irreparablemente tu retina?
Un eclipse solar es una evento astronómico deslumbrante, pero riesgoso para la vista cuando los observadores no resisten la tentación de mirar al Sol a ojo desnudo.
Según Russel van Gelder, presidente de la Sociedad Estadounidense de Oftalmología, el número de llamadas a los hospitales de ese país tras el eclipse ocurrido en agosto de 2017 fue considerable.
¿La causa? La preocupación de que la observación del eclipse pudiera haberles afectado la visión.
"Muchas personas han llamado o han acudido a los servicios de emergencias porque creen que pudieron sufrir daños en la retina. No podría dar un número exacto, pero podría afirmar que la cifra es considerable", aseguró a BBC Mundo al día siguiente de ocurrido el fenómeno astronómico.
Gelder explicó que el peligro de mirar directamente al Sol no siempre aparece en las primeras horas de exposición, sino que, en ocasiones se manifiestan días, semanas y hasta meses después.
"La retina, que es la principal estructura del ojo afectada por el sol, no tiene sensores de dolor y por eso muchas veces no nos damos cuenta que tiene daños irreparables", dice.
Entonces, ¿cómo saberlo?
Atención a los síntomas
Gelder explica que para saber si el eclipse de ayer afectó tu visión, lo fundamental es que estés atento a ciertos síntomas que pueden manifestar que tu retina se ha quemado en alguna medida.
"Una de las señales más evidentes es la aparición de un punto ciego en los ojos, generalmente en el campo central de la visión. Hay descripciones de personas con visión borrosa y dolor de cabeza como síntomas iniciales de exposición al sol", comenta.
Unido a la visión borrosa, Gelder señala otros síntomas que pueden evidenciar daño a tus ojos, como ver imágenes distorsionadas, ver objetos más pequeños de lo que en realidad son o disfunciones en la percepción del color.
Pero no son síntomas, aclara, que necesariamente señalen una afección irreversible.
De hecho, según explica Ralph Chou, profesor emérito de Optometría y Visión de la Universidad de Waterloo en Canadá, los daños irreparables a la retina dependen de varios factores y son generalmente acumulativos.
"En algunos casos encontramos que la pérdida de visión es permanente si el daño se acumula más allá de un cierto nivel", explica a BBC Mundo Chou, quien también es presidente de la Real Sociedad de Astronomía de Canadá.
"Lo que hemos encontrado en distintos estudios es que de la gente que sufre lesiones por eclipses, el 50% se recupera y el otro 50% sigue sufriendo en forma permanente algún tipo de pérdida de visión", afirma.
¿El mal mayor?
Gelder explica que el daño mayor que puede provocar la exposición al Sol durante un eclipse es generalmente una enfermedad denominada retinopatía solar, que consiste en que la radiación "achicharra", literalmente, la retina.
No obstante, aclara que en algunos casos, los síntomas desaparecer en tres o seis meses incluso sin tratamiento médico.
En otros casos, según Chou, los daños son irreversibles y pueden provocar déficit visual en distintos grados.
De acuerdo con Gelder, desde ayer, una de las principales causas por las que los estadounidenses han acudido a los servicios de urgencias son los dolores de cabeza.
Sin embargo, aclara que este síntoma no siempre está asociado a un daño irreparable en la retina.
"De hecho, es común que muchas personas lo experimenten aunque hayan observado el eclipse con la protección adecuada. Está documentado que determinados tipos de luz o radiación puede acelerar la migraña. Esto no implica necesariamente un daño a la visión", aclara.
El también jefe del departamento de oftalmología de la Universidad de Washington, en Seattle, asegura que es posible que aunque hayas mirado directamente al Sol, tu retina no se haya dañado.
"No obstante, siempre debemos tener en cuenta que aunque una vez no haya ocurrido no implica que la próxima no vaya ocurrir. Creo que es mejor dejar de ver un eclipse que dejar de ver para toda la vida", asegura.