"El fracaso matemático —como el fracaso romántico— nos deja heridos y vulnerables", escribe Ben Orlin en su blog "Matemáticas con malos dibujos", pues lo experimentó en carne propia.
Lo curioso es que Orlin es profesor de matemáticas, pero su experiencia le enseñó que éstas "hacen que la gente se sienta estúpida".
"Y duele sentirse estúpido".
Por suerte para él, las razones por las que tuvo dificultades eran superables.
Además, "la combinación de mucha ansiedad, baja motivación, las lagunas en el conocimiento previo" y los malos momentos que pasó le sirvieron para entender por lo que pasan algunos de sus alumnos.
"Ningún profesor de matemáticas debería poner un pie cerca de los estudiantes hasta que haya sentido el aguijón del fracaso matemático", concluye.
Pero hay personas para las que las dificultades son más serias: ese estimado de entre el 3 y 6% de la población que sufre de discalculia.
Qué es
Hay casos en los que no es falta de voluntad, ni de esfuerzo, ni de atención. |
Discalculia: una condición que afecta la habilidad de adquirir destrezas matemáticas. Estudiantes discalcúlicos pueden experimentar dificultades para entender conceptos numéricos, falta de comprensión intuitiva de los números y tener problemas para aprender hechos y procedimientos que involucren números.
Fuente: DSM-5, Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales
A menudo la describen como la prima matemática de la dislexia, pero una prima que debería ser más conocida.
Enterarse de su existencia "fue simultáneamente una fuente de irritación y alivio", cuenta la escritora Hannah Tomes, quien desde que tiene memoria le tenía "pavor a lo que tenía que ver con números".
"No pude leer un reloj con seguridad hasta que tenía 15 año, y tuve que practicar mucho para lograrlo. Incluso ahora siento un poco de pánico cuando alguien me pregunta qué hora es".
De haber sabido de esta condición, "quizás habría sido más bondadosa conmigo misma cuando era niña y no seguiría sin entenderlo cuando me explicaban cómo hacer una división larga por décima vez", escribe.
Severa dificultad
Un problema numérico difícil de manejar. |
Cabe subrayar que la discalculia es un desorden mental que resulta en una severa dificultad para hacer cálculos aritméticos.
"En algunos niños con discapacidad matemática, la memoria de procedimiento puede no funcionar bien, por eso las habilidades matemáticas no se automatizan", explica Tanya M. Evans, quien lideró un estudio realizado por Georgetown University Medical Centre y la Universidad de Stanford en Estados Unidos.
Varios estudios han mostrado que la discalculia tiene un alto componente hereditario.
Otros estudios han indicado que el problema se relaciona con el desarrollo del cerebro ya sea en el vientre o en los primeros años de vida.
No obstante, muchos de expertos coinciden en que si se aborda en el momento indicado y de la manera manera adecuada, se pueden obtener resultados similares a los que se logran con la enseñanza especializada para disléxicos.
Y tanto quienes padecen esta discapacidad como los doctores concuerdan en que es importante que la discalculia sea tan conocida como la dislexia.
Algunas pistas
¡Muy bien! Pero si sigue contando con los dedos hasta los 25 años, quizás habrá razón para preocuparse. |
Hay varias señales de alerta para detectar esta condición, desde que los niños están en edad preescolar hasta que se gradúan del colegio.
Publicaciones especializadas las enumeran con precisión pero, a grandes rasgos, algunos ejemplos de indicadores comunes de discalculia incluyen:
* Hacer sumas contando con la ayuda de los dedos a una edad mucho más elevada de lo normal o...
* Tener dificultades para hacer estimaciones aproximadas
Por ejemplo:
Para poder saber cuál es la carta de mayor valor entre dos tienen que contar cada símbolo de cada naipe. |
* Para contar de 10 a 1, tienen que contar de 1 a 10; luego de 1 a 9; luego de 1 a 8; luego de 1 a 7...
* Para contar a partir de 70 de 10 en 10 dirían 70, 80, 90, 100, 200, 300...
* Al estimar la altura de una habitación normal pueden contestar: "¿60 metros?"