El despido de una mesera en un café y restaurante japonés dio la vuelta al mundo tras conocerse el insólito motivo de su salida: Mezcló su sangre con los cócteles de sus clientes.
El caso ocurrió a principios de abril en el café “Mondaiji” de Sapporo en Japón, en donde una de sus trabajadoras puso su sangre en un trago llamado “orikaku”, una receta original del local que normalmente lleva jarabes de colores y frutas.
“Mondaiji” es un café temático con el concepto de “niño/adolescente problemático”, por lo que sus trabajadores se visten con ropas góticas y usan maquillaje oscuro.
Según lo informado a través de la cuenta de Twitter del restaurante, cuando se enteraron de la mezcla cerraron y cambiaron todos los utensilios e ingredientes que pudieron haber tenido contacto con el fluído corporal.
En ese mismo comunicado afirmaron que despidieron a la trabajadora involucrada y catalogaron la situación como “completamente inaceptable” y “casi terrorista”. A pesar de lo anterior, aseguraron que la sangre fue añadida a pedido del cliente.
En entrevista con la revista Flash, el doctor Zento Kitao sostuvo que “tomar sangre de otra persona puede ser un acto extremadamente peligroso” y “los casos de personas que se infectan por beber la sangre de otra persona son raros, pero las principales enfermedades pueden transmitirse a través de la sangre, como el VIH, la hepatitis C, la hepatitis B y la sífilis”.
"Si hay heridas en la boca, es fácil infectarse por transmisiones de sangre", agregó, solicitando que tanto el cliente como la mesera despedida se realicen exámenes para descartar alguna enfermedad asociada.