La Oficina de Coordinación de Defensa Planetaria de la NASA ha informado el martes (07.03.2023) sobre el hallazgo de un asteroide que podría acercarse peligrosamente a la Tierra dentro de unos 23 años.
Según la entidad espacial, la roca llamada 2023 DW tiene una posibilidad de 625 de impactar contra nuestro planeta, una probabilidad considerada baja por los especialistas.
"Hemos estado rastreando un nuevo asteroide llamado 2023 DW que tiene una probabilidad muy pequeña de impactar contra la Tierra en 2046", anunció la agencia en su cuenta de Twitter.
Un asteroide del tamaño de una piscina
El objeto rocoso, que tiene un diámetro de unos 50 metros, similar a la longitud de una piscina olímpica, fue identificado por primera vez el pasado 27 de febrero.
Desde entonces, los analistas han estado siguiendo sus movimientos para predecir su órbita en el futuro, y calculando una fecha exacta de un eventual impacto.
Las predicciones se actualizan diariamente
Los astrónomos estiman que el 14 de febrero de 2046 será el día en que la órbita de 2023 DW estará lo más cerca posible de la Tierra, aunque las probabilidades se recalculan diariamente.
"A menudo, cuando se descubren nuevos objetos por primera vez, se necesitan varias semanas de datos para reducir las incertidumbres y predecir adecuadamente sus órbitas en el futuro", tuiteó la agencia espacial.
Plan de protección para la Tierra
El asteroide 2023 DW no tiene las características de ser un "asesino de planetas". Un impacto en la Tierra tampoco produciría eventos tan catastróficos como los ocasionados por el asteroide de 12 kilómetros de ancho, al que se le atribuye la extinción de los dinosaurios.
Sin embargo, este nuevo objeto espacial podría provocar daños graves en algunas ciudades o zonas densamente pobladas. En 2013, por ejemplo, un meteorito mucho más pequeño que 2023 DW explotó sobre Chelyabinsk (Rusia), ocasionando daños materiales y unas 1.500 personas heridas.
La NASA, junto a otras agencias espaciales, han diseñado una estrategia internacional para proteger a la Tierra de la amenaza de impacto por parte de grandes asteroides.
Una de las pruebas de seguridad planetaria más recientes fue la misión DART, en la cual se logró desviar la trayectoria del pequeño asteroide Dimorphos de manera exitosa, según los investigadores a cargo.