"Lo han echado atrás por miedo a todas las mujeres que salieron a la calle a protestar".

La ex primera ministra de Polonia y ahora parlamentaria liberal Ewa Kopacz no duda que las responsables de que este jueves el parlamento polaco haya rechazado el veto total al aborto son las llamadas "mujeres de negro".

Se trata de las miles de mujeres que, en su mayoría vestidas de ese color, salieron el lunes a las calles en masa y alzaron su voz contra la iniciativa que pretendía prohibir abortar incluso en los casos de violación o incesto, cuando el feto es inviable o la vida de la madre está en peligro.

"Queremos médicos, no misionarios", decían los carteles que cargaron. "Mi útero, mi opinión", gritaban. "Gobierno, sal de mis ovarios".

"Hasta ahora en las protestas contra el gobierno era la generación de nuestros padres la que salía a la calle", explicaba a los medios una de las participantes, Aleksandra Wlodarczyk, de 28 años.

"Pero con este tema hemos movilizado a las mujeres jóvenes y estamos muy enojadas", exclamaba.

"La protesta fue mayor de lo esperado. Varsovia se volvió un enjambre de mujeres de negro. Era increíble sentir la energía y el enfado, la intensidad emocional", relató otra de las participantes, Agnieszka Graff.

El vice primer ministro de Polonia, Jaroslaw Gowin, reconoció este miércoles que las protestas masivas hicieron reflexionar a su partido, Ley y Justicia (Prawo i Sprawiedliwość, PiS, en polaco), una formación de ideología católica, conservadora y de derecha que gobernó entre 2005 y 2007 y regresó al poder en 2015.

"No se aprobará un proyecto de ley que prohíba el aborto en los casos en que la mujer sea víctima de violación o cuando esté en peligro su vida o su salud", aseguró.

La movilización "nos ha hecho pensar y ha supuesto una lección de humildad".

La propuesta de prohibir el aborto en todos los casos no fue, sin embargo, una iniciativa del PiS.

Fue presentada ante el parlamento por las organizaciones conservadoras Ordo Iuris y Stop Abortion, con el apoyo de unas 100.000 firmas.

Pero muchos consideran que el gobierno la hizo suya cuando los parlamentarios del PiS votaron de forma unánime para que pasara al siguiente nivel legislativo, a ser discutido por la comisión de justicia y derechos humanos.

Los diputados del partido gobernante también tumbaron la iniciativa de la coalición Save Women (Salven a las mujeres), que proponía liberalizar la legislación actual en torno al aborto.

El ministro de Relaciones Exteriores, Witold Waszczykowsi, dijo de las mujeres que se manifestaron: "Déjenles que se diviertan, que se disfracen y que griten eslóganes estúpidos y vulgaridades".

Y la diputada Krystyna Pawlowicz llegó a acusar a quienes se oponían a la iniciativa para endurecer la ley de ser "fans de matar bebés".

En Polonia, un país en el que el 87% se declara católico, la ley actual prohíbe abortar salvo en los casos de incesto, violación, cuando el feto tiene malformaciones graves y la vida de la madre está en peligro.

Aunque en la práctica varios médicos se oponen a interrumpir el embarazo incluso en los casos en los que la ley lo permite, citando objeciones morales.

Aún así, se calcula que se practican más abortos ilegales que legales.

En el mundo hay seis Estados que prohíben la interrupción del embarazo bajo cualquier circunstancia y tipifican penas de cárcel para toda mujer y persona que realice, intente realizar o facilite la realización de un aborto: Chile, El Salvador, Malta, Nicaragua, República Dominicana y Ciudad del Vaticano.

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