Puede que muchos les tengan fobia o que simplemente no las consideren entre sus favoritas. Las palomas, esas que habitan por miles en las calles de Santiago, podrían ahora transformarse en tu principal aliado en temas de salud.
Un reciente estudio publicado por la revista PLoS ONE, liderado por Richard Levenson, profesor de investigación de patología de la Universidad de California, y Edward Wasserman, director del Comparative Cognition Laboratory de la Universidad de Ioawa, muestra una inesperada e increíble capacidad de estas aves cotidianas.
“Las palomas probaron ser sorprendentemente aptas para aprender la diferencia entre las imágenes de tumores de mama benignos y malignos, tanto en patología como en radiología. Y, lo más importante, fueron capaces de utilizar el entrenamiento para clasificar con precisión imágenes que nunca habían visto antes”, asegura.
Para realizar este experimento fue necesario que las palomas fueran entrenadas con refuerzo alimenticio y sometidas a diversos parámetros de contro que incluían ampliación de la imagen, compresión, color y brillo. Según la investigación, aprendieron rápidamente a diferenciar las imágenes biomédicas entre un tumor benigno y maligno.
Según Wasserman, esta virtud se da gracias a la “excelente visión” de estos animales y también a sufacilidad de ser entrenadas, tal como demuestran las palomas mensajeras. “Son capaces de extraer información relevante de una imagen y luego responder adecuadamente para recibir su premio”, comenta.
Según el investigador esta "extraordinaria" capacidad les permite distinguir emociones en caras humanas, letras del alfabeto y hasta diferenciar pinturas de Monet de las de Picasso. “Su memoria visual es impresionante, pueden almacenar más de 1.800 imágenes”.
Para llegar a esta conclusión el entrenamiento se basó en los estímulos positivos: cada vez que seleccionaban una imagen cancerígena, se la premiaba con dosis de alimento. Para descartar cualquier tipo de la posibilidad de que los animales simplemente "memorizaran" las respuestas correctas, los experimentos tuvieron que repitieron con muestras completamente nuevas.
Y la sorpresa fue total. Los resultados fueron similares con tasas de acierto del 72% parecidas a las de un radiólogo humano. Esto demostró que las palomas, de alguna forma, comprendían las características de la imagen que debían buscar.
Por ello, las palomas consiguieron identificar pequeñas microcalcificaciones relacionadas con el cáncer de mama, más difíciles de detectar, con una eficacia del 84%.