El reconocido dramaturgo chileno, Juan Radrigán, falleció este domingo a los 79 años, tras estar con riesgo vital desde julio por una presunta metástasis derivada de un cáncer al pulmón.

El ministro de Cultura, Ernesto Ottone, confirmó el suceso este domingo a través de cuenta de Twitter, donde lo despidió: “Una triste noticia enluta al país. Nos ha dejado Juan Radrigán, uno de los más importantes dramaturgos de Chile”.

Ottone dedicó palabras al laureado escritor calificándolo de “un hombre mágico. Profundamente conectado con el pueblo chileno y su sabiduría”.

La Presidenta Michelle Bachelet también expresó sus condolencias vía Twitter, calificando a Radrigán como uno de los autores más destacados del país:

El ícono del teatro nacional fue diagnosticado con cáncer en 2011 y permanecía internado en la clínica oncológica Fundación Arturo López Pérez con riesgo vital desde julio, según información consignada por Cooperativa y desde que se dio a conocer que su vida corría peligro, un grupo de actores liderados por Rodrigo Muñoz realizaron un homenaje a su legado en el Teatro Nescafé de las Artes.

"Radrigán Homenaje" fue el nombre del tributo en el que también participaron Claudia Di Girolamo, María Izquierdo, Rodrigo Pérez, Francisco Melo y Aliocha de la Sotta, interpretando dos de sus textos más emblemáticos.

Juan Radrigán exploró diversos géneros literarios como narrativa, poesía y ensayo. Sin embargo, a partir de 1979, con el estreno de su primera obra teatral, "Testimonios de las muertes de Sabina", inició una nueva veta en su producción literaria en la que destaca hasta nuestros días: la dramaturgia.

Entre sus obras más relevantes se cuenta "Hechos consumados" (1981), "El toro por las astas" (1982), "Made in Chile" (1984), "El pueblo de mal amor" (1986), "La contienda humana" (1988), "El encuentramiento" (1996) y "Amores de cantina" (2011).

Según la biografía del autor en el sitio Memoria Chilena, Radrigán "fue el primero en convertir a marginados sociales en personajes principales dentro de la dramaturgia. Sin grandes escenografías, recurriendo al lenguaje oral y a sus propias vivencias, Radrigán creó un teatro que combate, reflexiona y dignifica".

 


 

Entre sus mayores reconocimientos destacan dos Premios Altazor, en los años 2005 y 2014, el Premio Bicentenario de Dramaturgia 2010, además del Premio Nacional de Artes de la Representación y Audiovisuales de Chile en 2011, entre varios otros. 

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