Según el último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), publicado en mayo de este año, la esperanza de vida mundial aumentó cinco años entre 2000 y 2015, principalmente gracias a las mejoras de África en la lucha contra el sida y la malaria.
La mayor longevidad de los últimos 15 años es la más importante desde los años 1960. En promedio, un niño nacido en 2015 puede vivir 71,4 años: más tiempo para las mujeres (73,8 años) que para los hombres (69,1 años).
Sin duda estos datos son bastante auspiciosos y son una muestra, en parte, de cómo ha mejorado la calidad de vida en los últimos años. ¿Pero cómo influye la genética en la longevidad? o más específicamente, ¿si nuestros padres son longevos, lo seremos nosotros también?
De acuerdo a un estudio, publicado en Journal of the American College of Cardiology, el riesgo de sufrir un infarto baja hasta en un 20% si los padres viven 80 años o más. Es decir, los hijos de progenitores longevos tienen menos problemas de corazón al llegar a la vejez, por ende, podrían vivir más años frente a los hijos de padres que fallecieron a más temprana edad.
Para determinar lo anterior, según consigna El País, los investigadores de varios países siguieron la pista a 186.151 británicos. Cuando iniciaron el estudio los más jóvenes tenían 55 años y los mayores, 73. En todos los casos sus dos padres ya habían fallecido. Les preguntaron qué edad tenían sus progenitores cuando murieron y los controlaron durante los ocho años siguientes.
Transcurrido ese tiempo, los expertos lograron comprobar que la mortalidad de entre aquellos cuyos padres vivieron más allá de los 69 años es un 16,5% menor por cada década extra de vida de alguno de los padres.
"Se trata del mayor estudio que muestra que, cuánto más vivan tus padres, tendrás más probabilidades de llegar a los 60 y los 70 en buen estado", dijo la investigadora en salud pública de la escuela de medicina de la Universidad de Exeter (Reino Unido) y principal autora del estudio, Janice Atkins.
Esta relación se repite a la inversa. "También hemos visto que los hijos de padres de vida más corta tienen un mayor riesgo de morir", añade en un correo. Atkins aclara enseguida que se trata de un estudio que muestra tendencias generales: "Si alguien se expone a los grandes factores de riesgo, esto pesará más en su salud que la edad a la que sus padres murieron", completa.
¿Es posible prolongar todavía más la esperanza de vida?
En este sentido el estudio postula que, además de los genes, los padres longevos pueden transmitir factores ambientales como el nivel educativo o de ingresos o hábitos saludables.
Por su parte, para prolongar todavía más la esperanza de vida, la OMS señala algunos aspectos que hay que mejorar: reducir el número de fumadores, actualmente 1.100 millones en el mundo, y abastecer agua potable a aproximadamente 1.800 millones de personas que beben agua contaminado cada día.
A pesar de los avances en los países más pobres, la OMS subraya que persisten diferencias importantes en términos de esperanza de vida entre países desarrollados y países en desarrollo.
Las estadísticas indican que una niña nacida hoy en Japón tiene la esperanza de vida más larga, 86,8 años. Para los hombres, Suiza ofrece el mejor entorno, con una ongevidad media de 81,3 años.