La historia del escritor argentino, Julio Cortázar, estuvo marcada por haber sido víctima de censura en su propia tierra durante la última dictadura militar que golpeó a Argentina en 1976. Para entonces él ya había dejado el país pero se consideró a sí mismo como un "exiliado político".

El jueves pasado se develaron nuevos documentos que evidenciaron que además de haber sido censurado, Cortázar fue espiado y perseguido, según datos recopilados por La Nación de Argentina.  

Así señaló un informe de la Comisión Provisional por la Memoria, que sacó la ficha de la mente detrás de Rayuela de entre "214.000 fichas personales" del archivo de la Dirección de Inteligencia de la Policía de Buenos Aires, (Sippba) que investigó a Cortázar en esos años. 

Según dice la investigación, la Dippa elaboró el conjunto de documento N° 3178, con una ficha con seis datos: apellido (Cortázar), nombre (Julio Florencio, el segundo escrito a mano alzada), nación (Arg., Francia), localidad, profesión (escritor) y antecedentes sociales o entidad: "Habeas".

Para la dictadura Cortázar ya llevaba 24 años lejos fuera de Argentina, donde el régimen lo acusaba de formar parte de una "campaña de desprestigio nacional". 

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