Parece difícil imaginar que existió una época en que la actividad de viajar en avión fue sinónimo de elegancia y exclusividad: precisamente, de ser parte del "jet set".
Pero ahora, para el grueso de los mortales, viajar en clase económica se ha convertido en algo mucho menos agradable, por cuenta de los controles de seguridad, las demoras y, por supuesto, los cada vez más reducidos espacios de la cabina de pasajeros.
Y una solicitud de patente presentada por la firma europea Airbus a la Oficina de Patentes de Estados Unidos presenta la perspectiva de un futuro aún peor.
La eventual patente, titulada "Distribución de asientos de pasajeros para un vehículo", incluye diagramas que muestran a los usuarios viajando con una fila adicional de asientos encima de sus cabezas.
La idea es usar todo ese espacio entre el pasajero y el techo de la cabina que "se pierde" en la actualidad.
"En los medios modernos de transporte, en particular en los aviones, es muy importante desde un punto de vista económico hacer uso óptimo del espacio disponible en una cabina de pasajeros", sostiene la solicitud, disponible en la página web de la Oficina de Patentes estadounidense.
Tendencia
Airbus ha dicho a los medios que es apenas una solicitud de patente, sin que haya ninguna indicación de cuándo podría esto volverse realidad.
En realidad, el fabricante de aviones presenta múltiples solicitudes de patentes todos los años, y efectivamente muchas de ellas no pasan de ser ideas.
Pero la solicitud de la firma europea refleja una tendencia en la que muchos fabricantes y operadores de aviones comerciales buscan maximizar las ganancias acomodando personas en espacios pequeños.
"Esto se ha convertido en una de las preocupaciones más grandes de los pasajeros de aerolíneas", asegura en conversación con BBC Mundo Paul Hudson, presidente de FlyersRights, organización de derechos del pasajero en Estados Unidos.
"Las sillas que tenemos ahora fueron diseñadas en la década de 1950 cuando la gente en promedio era de menor estatura y peso", explica Hudson.
"La falta de espacio lleva a incomodidades y discusiones entre pasajeros", indica el activista.
¿Menos competencia?
Hudson encuentra que una de las razones detrás de lo que él ve como una actitud poco amigable de las aerolíneas hacia sus pasajeros en clase económica radica en la relativa falta de competencia que experimentan ciertos sectores de la industria mundial de la aviación.
"Cuatro aerolíneas en Estados Unidos controlan 85% de los vuelos internos y tres alianzas controlan cerca de 60% de los vuelos internacionales", sostiene Hudson, para quien se requiere mayor regulación estatal para defender los derechos de los consumidores frente a las líneas aéreas.
Su grupo ha presentado este año una propuesta para que Estados Unidos establezca normas específicas en cuanto al tamaño de las sillas de pasajeros en los aviones.
Según SeatGuru, servicio del sitio de información turística TripAdvisor, los aviones comerciales tienen hoy en su cabina económica asientos entre 43 y 46 centímetros de ancho en promedio.
Mientras que el espacio entre una silla y la de la fila de en frente puede llegar entre 76 y 80 centímetros.
Un destino que, evidentemente, no comparten los clientes de primera clase de las aerolíneas.
Según el mismo sitio SeatGuru, una silla de primera clase en la aerolínea asiática Cathay Pacific puede tener 91 centímetros de ancho, mientras que el espacio entre esa mullida butaca y la de la fila de al frente puede llegar a ser hasta de dos metros y 20 centímetros.
¿Cómo serán en el futuro las cabinas de los aviones? Nadie sabe si llegará a concretarse la apretujada visión de la patente de Airbus.
Lo que parece claro es que no será un futuro de grandes espacios personales.