Cuando un desafortunado insecto cae en una telaraña, son las vibraciones de la red lo que alerta a la araña a terminar con su presa.
Cómo las arañas interpretan estas señales es un misterio.
Para resolverlo, científicos de un laboratorio en Oregon han construido una réplica a escala gigante de una telaraña.
Los hilos radiales de la red, que simulan las líneas que van desde el centro de una telaraña hacia fuera, están hechos con nylon de paracaídas.
Esta réplica de telaraña está hecha con dos tipos de cuerdas, aluminio y un altavoz.
Y para replicar la espiral utilizaron las cuerdas elásticas que se utilizan para hacerpuenting.
"Tejimos la telaraña con dos distintos tipos de cuerda, de la misma forma que las arañas usan dos tipos distintos de seda", explica Ross Hatton de la Universidad Oregon State.
Todo el mecanismo está en un marco octogonal de aluminio con un altavoz atado a una esquina que produce fuertes vibraciones.
"Es un (altavoz tipo) subwoofer, que nos sirve para darle un buen empujón a la red… Es una fuerza bastante alta", le dice a la BBC el doctor Hatton.
Es con este artilugio que los expertos están empezando a entender el mecanismo de caza de los arácnidos, específicamente la de los araneidos, una familia de arañas que cuenta con casi 3.000 especies.
Altas y bajas frecuencias
El artilugio es de dos metros de alto.
En el centro de esta red de nylon se encuentra una araña artificial de ocho patas que no se mueve pero detecta las vibraciones tal y como lo hace una real.
"Empezamos con la hipótesis básica de que si mueves una de las líneas radiales, la raña sentirá que una se está moviendo más que las demás", explicó el experto.
"Y lo que pensamos es que la araña se dirigiría hacia la línea que más está se está moviendo".
Pero esto no fue lo que descubrió el equipo de expertos.
De hecho, la descomunal telaraña reveló patrones sorprendentemente complejos, donde en ciertas partes tranquilas las vibraciones desaparecen casi por completo.
"A distintas frecuencias, distintas hebras -y patas- dejan de vibrar", señala Hatton.
Estas distintas frecuencias pueden, por ejemplo, reflejar diferentes tipos de insectos atrapados.
"Así que como mínimo, la araña va a necesitar saber cómo la frecuencia se compagina con la estructura de la telaraña, a fin de determinar cuál es la pata que no se debe estar moviendo, para que no termine dirigiéndose 90 grados fuera de la zona donde debe ir (y donde está su presa)".
El diseño de la telaraña artificial y los primeros resultados del estudio se presentaron en la conferencia de la Sociedad de Física Americana.