¿Qué harías si tienes un pez dorado -esos que abundan en las peceras en los hogares- y te quieres deshacer de él?

¿Lo despides en el baño? ¿Lo llevas a un estanque, río o pantano cercano? Si eso es lo que estás pensando, ¡detente! y lee esta nota primero, ya que podrías crear un monstruo.

En los últimos años, estos simpáticos animales conocidos como Carassius auratus se han convertido en un verdadero problema para las especies locales de pantanos, lagos y ríos de todas partes del mundo.

Y es que en un medio silvestre pueden llegar a alcanzar el tamaño de una pelota de fútbol y pesar hasta 1,9 kg.

Si el tamaño no fuera suficiente, el problema con estas especies invasivas es que son una amenaza para los ecosistemas locales.

Por partes

En primer lugar, estas especies originarias de China son carnívoras. Se alimentan de los huevos que ponen los peces locales, que a su vez se alimentan de las larvas de mosquito en el agua (con lo que son insecticidas naturales).

Además, para buscar alimentos utilizan una técnica que consiste en sacudir el suelo.

Lo que nos lleva al segundo problema; al levantar el barro del fondo, hace que floten nutrientes antes enterrados y activen un crecimiento desmesurado de algas.

Pero esto no es todo. De acuerdo con el doctor Stephen Beatty, de la escuela de veterinaria y ciencias de la vida en la Universidad Murdoch de Perth, en Australia, este tipo de pez carpa puede traer enfermedades desconocidas para la población nativa de peces.

"Sabemos que una enfermedad ha sido introducida y que lo más probable es que venga del pez dorado", le dijo Beatty a la cadena ABC Australia.

Largas distancias

En un estudio reciente en el que hicieron un seguimiento a 15 peces dorados durante un año, el experto pudo determinar cómo migran estas especies (al menos en Australia).

"Descubrimos que estos peces pueden migrar de los canales (donde son dejados por sus dueños) al río y de allí al sistema de pantanos donde ponen los huevos", señaló.

Esto significa que en un año pueden recorrer una distancia de más de 230 kilómetros.

Otro detallede estas criaturas es que se reproducen como conejos.

"Es tan sorprendente lo grandes que los estamos encontrando (en el medio silvestre) como la cantidad que estamos viendo", le dijo recientemente a la cadena CBC de Canadá Kate Wilson, coordinadora de especies acuáticas invasivas en Alberta.

Es tal la cantidad de peces dorados que han encontrado en esta región canadiense que el gobierno local tiene una campaña de concientización para que las personas no abandonen estos animales domésticos en los lagos y ríos.

"Se están reproduciendo en el medio silvestre. Se están haciendo muy grandes y están sobreviviendo a inviernos bien al norte", agregó Wilson.

Cuestión de espacio

De acuerdo con la experta, las peceras en los hogares limitan su crecimiento, pero una vez que los dejas sueltos, podemos ver lo que pasa.

"Como cualquier otra especie de carpas, el pez dorado doméstico seguirá creciendo en la medida que las fuentes de comida y la temperatura del agua lo permitan", explicaba en un artículo el diario Washington Post, en el que se cuenta de los estragos que esta especie invasiva está causando en varios lagos de Estados Unidos.

Pero eso no es todo. Los expertos también advierten de las consecuencias que puede tener tirar el agua de las peceras a ríos y lagos.

En estas aguas estancadas se acumulan enfermedades y parásitos que representan una amenaza para las especies locales.

Ahora, ¿te quieres deshacer de tu pez dorado?

Stephen Beatty recomienda dos opciones: llevarlo a un acuario o "darle una eutanasia humana metiéndolo en el congelador".

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