Todos quienes han estado en playas y campos del sur de Chile han sufrido con la presencia de los tábanos. Estas moscas pululan entre las personas y animales, buscando el momento preciso para realizar su picadura.
A diferencia de otros insectos, los tábanos seguirán alrededor de la persona a pesar de que ésta intente espantarlos en reiteradas ocasiones.
Esto se debe a que el mosquito se encuentra en busca de sangre para alimentarse. Siendo específicos, los tábanos que podemos ver volando cerca son hembras, ya que son ellas las que necesitan mamíferos de sangre caliente para sobrevivir, a diferencia del macho, que se alimenta de polen.
El color y las líneas son fundamentales
Llevar ropa oscura es una invitación abierta para ser invadido por tábanos. Estos colores se asemejan a la piel de los animales, lo que atraerá un inminente ataque del insecto. Lo mismo ocurre con las prendas azules, ya que estos mosquitos suelen relacionarlas con el agua.
La revista científica Royal Society Open Science realizó un experimento en donde se buscó determinar si patrones en la piel, como líneas o formas, serían efectivos para disuadir a los tábanos.
El principal registro se encuentra en tribus de África, Australia, Papúa Nueva Guinea y Estados Unidos, las que cubren partes desnudas de su cuerpo con distintas pinturas, las cuales suelen seguir patrones determinados. Por mucho tiempo se pensó que los diseños respondían a expresiones culturales, imitando a animales como las cebras, pero la verdadera razón podría residir en que, al igual que el mencionado animal, estas líneas podrían prevenir la picadura del insecto.
Para la prueba se usaron distintos maniquíes. Unos fueron pintados únicamente de color café, imitando la piel de los indígenas, mientras otros fueron coloreados con una base café, sumado a distintas líneas y patrones blancos.
Los resultados indicaron que los maniquíes sin rayas atrajeron 10 veces más tábanos, en comparación a los maniquíes rayados. Hasta ahora, sin embargo, no se sabe si la ropa con líneas blancas provoca un efecto "anti tábanos".
Y si bien en países como Chile contamos con repelentes, no está de más improvisar si la situación lo amerita.