Una de las primeras pistas que llevaron a los doctores a sospechar que el nuevo coronavirus podría producir alteraciones neurológicas fue la pérdida de olfato y gusto por parte de algunos pacientes, pero luego se han descrito accidentes cerebrovasculares, convulsiones e inflamación del cerebro. 

Para intentar entender de qué manera afecta el nuevo coronavirus al cerebro, un grupo de investigadores revisó 620 electroencefalogramas (EEG) de personas con COVID-19, compilados en 84 estudios, los que fueron requeridos porque el paciente sufría alguna alteración cerebral. Los resultados fueron publicados por los investigadores en la revista Seizure: European Journal of Epilepsy.

La razón más común para ordenar los EEG fue un estado mental alterado de los pacientes: cerca de dos tercios de los casos estudiados habían experimentado algún delirio, coma o confusión. Un 30% había experimentado algún tipo de convulsión y otros experimentaron un paro cardíaco repentino, que podría haber interrumpido el flujo sanguíneo al cerebro.

Los exámenes mostraron un espectro completo de anomalías en la actividad cerebral, incluidos algunos patrones rítmicos y picos de actividad de tipo epiléptico. La anomalía más común observada fue la desaceleración difusa, que es una desaceleración general de las ondas cerebrales que indica una disfunción general de la actividad cerebral.

Los investigadores sospechan que el deterioro puede ser producido por una inflamación generalizada provocada por una respuesta del sistema inmune contra el COVID-19. 

"Se necesita más investigación, pero estos hallazgos nos muestran que estas son áreas en las que debemos enfocarnos a medida que avanzamos" dijo el neurólogo y coautor del estudio  Zulfi Haneef del Baylor College of Medicine en Houston.

"Pero estos hallazgos nos dicen que podría haber problemas a largo plazo, que es algo que sospechábamos y ahora estamos encontrando más evidencia que lo respalde", señaló el investigador. 

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