Científicos estadounidenses han logrado crear un útero artificial que podría transformar la atención médica de bebés extremadamente prematuros y mejorar significativamente sus posibilidades de supervivencia.

En estudios preclínicos realizados con corderos –y publicados en la revista Nature Communications-  los investigadores pudieron imitar el ambiente uterino y las funciones de la placenta mediante una bolsa plástica llena de líquido, dando a las crías prematuras una oportunidad crucial para desarrollar sus pulmones y otros órganos.

Alrededor de 30.000 bebés en los Estados Unidos nacen de manera prematura, con entre 23 y 26 semanas de gestación, dijeron los investigadores.

A esa edad, un bebé humano pesa poco más de 500 gramos, sus pulmones no son capaces de hacer frente al aire y sus posibilidades de supervivencia son bajas. Las tasas de mortalidad son de hasta el 70 por ciento y los que sobreviven se enfrentan a discapacidad de por vida.

La probabilidad de supervivencia de bebés menores de 23 semanas es cercana a cero. A las 23 semanas esta aumenta a un 15%, a las 24 a un 55% y a las 25 semanas a un 80%.

Alan Flake, cirujano especialista del Children's Hospital de Filadelfia, y quien dirigió el desarrollo del nuevo dispositivo, dijo que el objetivo de su equipo era desarrollar un puente entre el vientre de la madre y el mundo exterior, para que los bebés puedan ser llevados a salvo hasta las 28 semanas, cuando sus posibilidades de sobrevida mejoran dramáticamente.

Podría tardar otros 10 años para desarrollar la versión final del dispositivo antes de prescindir de  incubadoras de ventilación artificial.

Flake dijo que el éxito del sistema se debió a que intentaron igualarlo a un útero de la manera más cercana posible.

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