Los tardígrados, también conocidos como osos de agua, son uno de los organismos más resistentes que podemos encontrar en nuestro planeta. Soportan altas y bajas temperaturas, grandes presiones, ambientes contaminados, la falta de oxígeno y ahora también se sabe que son resistentes a la radiación ultravioleta.
Si bien antes se había observado que los tardígrados sobreviven a la radiación gracias a una proteína de “supresión de daños” llamada Dsup, la resistencia a los rayos UV opera a través de un tipo diferente de mecanismo biológico.
"La importancia funcional de este fenómeno no está clara, aunque en los loros se han atribuido señales visuales hacia parejas potenciales", explican los investigadores, dirigidos por el primer autor y bioquímico Harikumar R. Suma, en su artículo.
El equipo de científicos trabajó con una especie llamada “Paramacrobiotus BLR” de la rama de los eutardígrados que son la clase más grande de tardígrados.
El equipo aisló el “Paramacrobiotus BLR” de una muestra de musgo que crecía en un muro de hormigón en Bengaluru, India. Luego, sometió a los tardígrados a la radiación UV emitida por una lámpara germicida, utilizada con fines de esterilización para matar bacterias y virus.
Bajo estos rayos, Paramacrobiotus BLR literalmente brillaba, demostrando una forma de fluorescencia natural llamada autofluorescencia. Este tipo de fluorescencia se ha visto antes en muchos animales, incluidos loros, camaleones y ranas, aunque se sigue desconociendo su propósito.
Según los investigadores, la fluorescencia es lo que realmente permite que Paramacrobiotus BLR resista la radiación."El compuesto fluorescente forma un 'escudo' contra la radiación ultravioleta que protege a estos tardígrados de sus efectos letales, señala el informe publicado en Biology Letters.