Una nueva biografía a punto de publicarse revela detalles sobre las etapas finales de vida del actor estadounidense Robin Williams, que murió en 2014. 

De acuerdo a Deadline, en el libro "Robin" de Dave Itzkoff que sale este mes, se detalla que el actor estaba luchando con un trastorno cerebral que no fue diagnosticado de inmediato, causando muchos de los síntomas extraños que le restaron vitalidad y finalmente lo llevaron a quitarse la vida.

Incialmente había sido diagnosticado con Parkinson, pero los comportamientos en su último año no fueron característicos de esa enfermedad, lo que llevó a algunos a culpar a las drogas o alcohol por su problema. 

"Una noche en el museo 3" fue la última película que tuvo a Robin Williams en su elenco

Finalmente, un neuropatólogo diagnosticó correctamente que sufría demencia difusa del cuerpo de Lewy. Esta es el segundo tipo más común de demencia progresiva después de la enfermedad de Alzheimer y son similares, ya que los depósitos de proteínas en el cerebro afectan el pensamiento, la memoria, las emociones y los movimientos corporales.

De acuerdo al libro, en su últimos meses de vida, los síntomas empezaron a afectar el día a día de Williams. Según cercanos, el actor empezaba a llorar desconsoladamente de un momento a otro, se olvidaba de sus diálogos e incluso llegó tener dificultades para caminar normalmente. Durante las grabaciones de "Una Noche en el Museo 2" el mal alcanzó su punto más crítico. 

"Lloraba en mis brazos al final de cada día. Fue horrible. Horrible", dijo la artista de maquillaje Cheri Minns en el libro de Itzkoff. "Le dije a su gente, 'Soy un artista de maquillaje. No tengo la capacidad de lidiar con lo que le está sucediendo '".

Cuando Minns sugirió que regresara a la comedia stand-up como una forma de salir de su depresión, Williams no se enteró. "Él solo lloró y dijo: 'No puedo, Cheri. Ya no sé cómo. No sé cómo ser gracioso".

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