La serie estadounidense de la década de los 90, "Beverly Hills, 90210", ha conllevado diversas desgracias para sus actores y actrices, luego de su última emisión, el 17 de mayo de 2000.

Su protagonista, Shannen Doherty, reveló que volvió a padecer de cáncer de mama, luego de superar la enfermedad que le habían diagnosticado en 2015.

Por su parte, el actor que interpretaba a Dylan McKayLuke Perry, falleció a los 52 años a causa de un derrame cerebral, el 4 de marzo de 2019.

El intérprete era uno de los miembros estables del casting de la serie "Riverdale" de The CW. De hecho, tuvo un capítulo de despedida donde sus protagonistas se unen en torno a su lápida.

Jason Priestley, que interpretaba a Brandon Walsh en "Beverly Hills, 90210", estrelló su vehículo de marca Porsche en 1999 en Hollywood y fue detenido por conducir bajo la influencia del alcohol. Tras pasar cinco noches en la cárcel, fue suspendida su licencia de conducir durante cinco años.

Por otro lado, Tori Spelling, que daba vida a Donna Martin, fue "desheredada" cuando falleció su padre en 2006, ya que ella estaba alejada de su madre, Candy Spelling, la ejecutora de la herencia. De una fortuna de US$ 600 millones, la actriz y su hermano Randy solo heredaron US$ 800 mil cada uno.

Además, Jennie Garth, quien en la serie era Kelly Taylor, reveló en 2009 que fue diagnosticada en 2002 con una insuficiencia de la válvula cardíaca.

El caso de Doherty

La actriz de 48 años decidió hablar sobre el regreso de su cáncer por una demanda contra la compañía de seguros State Farm, ya que aún tiene un dinero impago por daños causados después de los incendios forestales que azotaron a California en 2018.

La firma reclama que le ha pagado US$ 1,1 millones, pero ella exige más dinero como compensación.

En los documentos pertinentes al caso aparece que Shannen Doherty padece de cáncer, por lo que no quería que estos se filtraran a la prensa antes de que ella confirmara la enfermedad.

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