Este domingo, después de Teletrece Central, en un nuevo capítulo de “De tú a tú”, Martín Cárcamo viajó a Buenos Aires para tener una conversación íntima con el actor Benjamín Vicuña.

El encuentro partió en el Teatro Paseo La Plaza, donde Benjamín presenta la obra “El Método Gronholm”, tras lo cual, ya en el camarín, el actor le mostró a Martín sus fotos personales. Acerca de su residencia permanente en Argentina, Vicuña indicó que “la vida me llevó a estar acá por un compromiso con mis hijos, porque tengo mi residencia afectiva en Chile, que es mi origen y dónde está mi gente, pero acá están mis hijos. Por esa contradicción decido estar acá”.

Luego, en la casa del actor en el barrio bonaerense de Palermo –donde vive desde hace poco más de un año y es vecino de Susana Giménez–, Cárcamo continuó viendo las imágenes de la vida de Vicuña, muchas de ellas centradas en su primera hija, Blanca. “Se me ponen celosos mis niños porque tengo más fotos de Blanca que de todos, pero bueno, es mi regalona”, manifestó el actor.

La casa, muy céntrica y de cuatro pisos, está ubicada de manera estratégica para Benjamín. “Para mí es súper funcional porque estoy muy cerca del teatro y estoy a dos cuadras de donde estudian los niños”, agregó. En ella vive solo, aunque lo acompañan frecuentemente sus cinco hijos: Bautista, de 15 años; Beltrán, de 10; Benicio, de 8; Magnolia, de 4; y Amancio, de 2.

Sobre su relación con sus hijos, como padre separado, el ex protagonista de "Huaiquimán y Tolosa" fue sincero al afirmar que no le resulta fácil. “Yo soy muy hiperkinético y me gusta hacerles panoramas a los niños. De repente las mamás de los niños me dicen ‘¿por qué no te quedai en la casa? Ves tele’, pero tengo ese rollo de hacer cosas, salir, me cuesta bajar las revoluciones. Es como que también hay un matiz de culpa ahí, te tocan los niños y tienes que hacer algo espectacular o extraordinario”, confesó.

Acerca de la manera en que los ha criado, el actor aseguró que su actitud ha ido cambiando con los años. “La vida me fue enseñando de a poco a ser papá hace 17 años. Fui papá chico. Y lo primero siempre es el afecto, el cariño, la piel (...) Me acuerdo que con Blanca era muy exigente, hacía el ‘Duérmete niño’. Miro para atrás y digo ‘Era un nazi’, había que dejarlos en el cuarto encerrados, que lloraran. Hoy me fui relajando y creo que es mucho más sana esta actitud que esa cosa tan exigente con la crianza y los hábitos”, dijo, y reveló que no a todos sus hijos les va bien académicamente.

“Tengo uno, el Beltrán, que nos llamaron del colegio y la reunión por Zoom duró 7 minutos, porque era todo bueno. Es ultra mateo, obsesivo, le gusta. Y tengo otro, que no voy a decir cuál es, que es un desastre, todo le cuesta un montón”, rio Benjamín.

Al respecto, el intérprete destacó el rol de Roberto, el padrastro de sus hijos (y actual pareja de “Pampita” Ardohain). “Es súper importante, yo sé que cuando yo no estoy y están en su casa y en la noche tienen fiebre, el que se levanta a darles paracetamol es él. Está ahí. Es de confiar o pasarla muy mal, y yo confío y quiero creer que es un tipazo. Tengo pruebas. Doy fe de que la vida no es solo un papá y mamá”, sostuvo.

Su hijo Bautista, presente en la casa, conversó con Martín Cárcamo, a quien le confesó que es fanático del fútbol. Recordó que su papá lo llevó a ver la Copa América en Chile. “Lo pasé muy mal. Sufrí, fue una locura, me gritaba al oído. Yo estaba todo asustado en los penales y éste gritando, el último gol de Alexis me gritó en la cara y me puse a llorar”, rememoró el joven, revelando que tiene una relación muy cercana con su papá.

“Me da mucho orgullo mi papá. Tenemos mucha confianza. Sé que le puedo explicar algo y me va a escuchar, me va a entender, y puede ser para cualquier tipo de cosas”, indicó Bautista.

Sobre sus intereses, el adolescente reveló que no descarta acercarse al mundo de la actuación. “Me gusta mucho la cosa artística, he ido a castings y he probado. Voy aprendiendo, él me va guiando. Hicimos tres publicidades”, dijo.

“Le enseño la cultura del trabajo y por lo mismo, también, tiene que entender que no es fácil. Si se dedica tiene que estudiar, tiene que dedicarle tiempo”, respondió Benjamín Vicuña al respecto.

Ya hablando de su infancia con Martín Cárcamo, el protagonista de la película "Papá al rescate" contó que es el menor de cuatro hermanos, hijo de un empresario y una decoradora, y siempre fue el regalón de su familia. “Mucho amor, muy querido. No sé por qué tengo recuerdos de chico en pijama, solo, porque mis papás se iban a trabajar”, contó.

Según afirma el actor, cuando saliendo del colegio decidió irse de su casa y estudiar teatro, proviniendo de una familia de clase alta, fue leído como un gran acto de rebelión. “Me rebelé, me planté, me enfrenté. Decidí estudiar teatro en la Universidad de Chile, y lo logré, y para mí fue como un logro importante, porque también tenía que ver con que no necesitaba ningún auspicio para poder salir adelante con lo que yo quería. Ahí dejé de hablar con mi papá como por dos años”, desclasificó Benjamín, agregando finalmente que se reencontró con él después de los 20 años, y recién ahí se hicieron amigos.

Nos encontramos como dos hombres, como dos amigos, y ahí tuvimos una historia preciosa. De salir a comer, viajar, disfrutar juntos... de finalmente conocernos”, recordó.

Por eso fue que, tras la enfermedad que lo afectó, afrontar los últimos meses de vida de su papá se hizo especialmente duro. Finalmente, tras 5 meses de agonía, el hombre falleció en septiembre pasado a los 79 años. “La gran lección con la que se despidió es no temiendo a la muerte. Hasta el último segundo él tuvo una entereza. Entonces, nos entregó a las personas que estábamos en su entorno más privado eso, de no tener miedo y estar tranquilo frente al misterio. Sin ser religioso”, recordó el actor, agregando que la agonía de su padre lo sorprendió mientras trabajaba en una obra de teatro en Argentina.

Estuve viajando a Chile 6 o 7 semanas de lunes a miércoles, y eso fue agotador, pero fue un trabajo también necesario. Me considero una persona muy responsable, pero a veces demasiado. Y me lastimo también con eso, porque me pasaba de estar agarrando un avión con mi papá muy mal, y venía a hacer teatro. Las personas me decían que lo suspenda, pero no puedo. Enterré a mi papá un miércoles y el jueves estaba en el escenario. También salía a actuar a veces hablando momentos críticos con mi familia del último mes, sin saber si mi papá iba a estar después de que yo me bajara del escenario”, dio a conocer Vicuña.

Ese exceso de responsabilidad tampoco le permitió dejar de trabajar cuando, hace 11 años, su hija Blanca falleció con sólo seis años de edad. “Me pasó una situación también muy difícil, de estar con Blanca en la clínica y no sabía lo que iba a pasar. Y yo tenía que ir a trabajar, y me llaman y me dicen ‘Benjamín, sabemos que estás con el tema de tu hija, ¿te parece si mañana vienes?’. ‘Dale, yo mañana estoy ahí’, dije. Y hoy miro con perspectiva y digo ‘¿Cómo fui tan imbécil?’. El problema es que hoy lo vuelvo a hacer”, reveló la figura de telenovelas como “Piel canela”, “Destinos cruzados” y “Demente”.

Acerca de la muerte de Blanca, Benjamín confesó que el dolor fue de tal dimensión que no se sintió capaz de soportarlo. “Me parece que yo ya perdoné a Dios. Fue un momento de mucha rebeldía, bronca y rabia, porque me destruyó. Fue algo que te quema, el sufrimiento más grande que uno puede tener”, recordó, añadiendo que inicialmente eso afectó su rol de padre con sus siguientes hijos.

Me pasó estar con los más grandes y cuando no puedo más, no puedo más, y me vieron en el piso. Y eso creo que me da cierta empatía, de que el papá no es un superhéroe. Es un tipo que también se puede quebrar y que sufre. Lo empecé a verbalizar a través del tiempo, cada cosa tiene su lugar y tiempo... ahora puedo hablar un poco más de eso”, sostuvo el hombre de cine, teatro y TV, quien recientemente lanzó un libro sobre el fallecimiento de su hija, titulado “Blanca, la niña que quería volar”.

Cambiando de tema, y consultado por Martín acerca de su vida sentimental, Benjamín sostuvo que se encuentra en un estado diferente y desconocido para él. “Es primera vez en mi vida que estoy solo, de estar soltero. Desde que soy chico, desde los 16 o 17 años siempre pololeando, después estuve 10 años, después 7 años. Y ahora estoy concentrado en mis hijos, mi trabajo y esperando un poco sanar y estar tranquilo para poder estar bien y entero para poder empezar algo”, aseguró el actor de series como “Héroes” y "Los hombres de Paco".

Según indicó Vicuña, está encontrándole el valor a estar solo. “Así como muchas cosas de la vida en pareja son espectaculares, como compartir vida, viajes y experiencia de la mano, a veces estar solo te hace dialogar contigo mismo”, sostuvo sobre su estado actual. Sin embargo, sabe que tarde o temprano volverá a formar pareja.

“En este momento, hoy y ahora, estoy súper cerrado a imaginar cualquier cosa. Pero sí pienso que la vida me va a llevar allá, a mi esencia, porque yo soy súper parejero, me gustan las cosas de a dos. Así como soy familiero, me gusta escuchar a los niños y que la casa esté llena de ruido, yo creo que voy a volver con todo a apostar todo o nada. No conozco otra forma de amar que no sea así, jugándosela con todo. Me encantaría ser más cuidadoso, un poco más egoísta y estratega, pero creo que la gracia del amor es eso”, explicó.

Consultado sobre si se siente un “galán”, el actor dijo que es una chapa algo antigua a estas alturas, pero que se queda con el término en el sentido romántico. “Yo tengo una personalidad romántica. En ese sentido sí, soy un galán. Creo en el amor, tanto por tu trabajo, hijos y pareja. El amor te hace brillar. Es lo que te nutre. Entonces, yo no podría no vivir con eso. Y hoy estoy en un momento de transición. Creo que lo voy a buscar en su momento, lo voy a trabajar, porque creo que es fundamental”, argumentó.

Sobre sus dos relaciones anteriores, con “Pampita” Ardohain y “China” Suárez, el actor fue reflexivo. “Es imposible hablar de fracasos (amorosos) cuando veo a mis hijos. Son el rostro del amor, de la pasión, del esfuerzo, de esas ganas de construir, de aferrarse a la vida, seguir adelante. Te atraviesan dudas, sensaciones de arrepentimiento, de que quizás las cosas podrían haber sido de otra manera, pero es un ejercicio melancólico que no sé si suma mucho, más que para un ejercicio de madurez. No creo que sea bueno quedarse con esa sensación de fracaso o de lo que no fue o pudo ser”, dijo.

Asimismo, mostró orgullo por lo conseguido en esas dos relaciones, aunque finalmente no hayan funcionado. “Luché, me la jugué, aposté todo. En relación a otras deudas, cosas de madurez, de actitudes, de muchos errores. Sabemos que es parte de nuestras contradicciones y de nuestra naturaleza. Algunas veces se aprende, otras no. En mi caso, soy bastante humilde y ordenadito para eso, aprendo a lo que me duele y quema, y no vuelvo a quemarme. Tampoco voy a andar con un látigo”, indicó.

Finalmente, consultado por Martín sobre qué no volvería a hacer si tiene otra pareja, el protagonista de películas como “Fuga”, “Dawson: Isla 10” y “El bosque de Karadima” contestó: “Lo que no volvería a hacer es lastimar, con alguna decisión o con alguna acción. Los años te van dando cada vez más empatía por el otro a la hora de mirarse o reconocerse”.

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