ADVERTENCIA: ESTA NOTA TRATA ALGUNOS ASPECTOS DE LA TRAMA DE LA PELÍCULA
La mano de Dick Cheney pesa otra vez sobre la política de Estados Unidos
Al menos, en el cine, con la nueva película de Adam McKay.
"Vice", un largometraje biográfico que se estrena por estos días, narra el ascenso durante el gobierno de George W. Bush de quien fuera entonces su vicepresidente y uno de los hombres más poderosos de Washington.
Y desde su estreno no ha parado de dar motivos para la polémica: no solo por la sombría representación que hace de Cheney, sino también por algunas declaraciones y hechos que han rondado su estreno.
El último de ellos, el pasado domingo, durante la entrega de los Globos de Oro, cuando Christian Bale, el actor que encarna a Cheney, recibió el premio a la mejor actuación masculina (musical o comedia).
"Gracias a Satanás por inspirarme a representar este papel", dijo en su discurso de aceptación del premio.
La comparación generó críticas y risas, aplausos y molestias entre los que admiran o cuestionan la figura de quien, para muchos, fue el verdadero artífice de la política estadounidense entre 2001 y 2009.
Liz Cheney, la hija del político (que es también congresista republicana), publicó en su cuenta Twitter esta semana un enlace sobre el arresto del actor en 2008 tras ser acusado de "asalto" a su madre y hermana.
"Probablemente, Satanás también lo inspiró a hacer esto", escribió.
La congresista no fue la primera voz dentro del partido en cuestionar la película, que ha sido calificada de "publicidad" o "propaganda liberal" por el ala conservadora de la política estadounidense.
Pero ¿por qué este filme ha causado tanta división en la política de Estados Unidos?
El "malvado" Cheney
La película, que es narrada por un ficticio veterano de las guerras de Afganistán e Irak, comienza con un momento que, en opinión de expertos en política estadounidense, marcó el papel de Cheney en la Casa Blanca: los ataques del 11 de septiembre de 2001.
Y es que lejos del papel meramente ceremonial de un vicepresidente en Estados Unidos, se dice que Cheney asumió un rol protagónico en la formulación de las políticas oficiales de su país y un momento climático en ese sentido estuvo vinculado con el atentado contra las Torres Gemelas.
Pero también de otros momentos decisivos: se dice que fue la mano detrás de la invasión de Irak y que abogó por ella a rajatabla, con o sin el respaldo del Consejo de Seguridad de la ONU.
Es más, en criterio de muchos, la debatida habilidad de Bush para dirigir el gobierno llevó al vicepresidente a convertirse en la figura que en realidad movía los entretelones del escenario de las políticas locales e internacionales de Washington entre 2001 y 2009.
Se lo ha llamado, incluso, el vicepresidente más poderoso de la historia de Estados Unidos.
En su libro de memorias "Decision Points", el propio Bush lo llamó "el Darth Vader del gobierno" y comentó que era visto dentro de la Casa Blanca como "un hombre oscuro y sin corazón".
Otros asuntos polémicos
Hay otros momentos polémicos de su pasado que también retrata la cinta.
Pese a los intentos de Bush, Cheney se enfrentó a la posición del presidente a favor el matrimonio igualitario en 2004 y muchos de sus críticos lo acusan de haber estado detrás de las escuchas telefónicas de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) o de las llamadas "técnicas de interrogación mejoradas", los abusos a prisioneros de guerra que causaron escándalo hace algunos años.
Pero más allá de esos hechos, uno de los factores que más polémica ha generado es que la película atribuye a las acciones de Cheney miles de muertes de soldados estadounidenses e incluso, el auge del autodenominado Estado Islámico como resultado de la guerra en Irak.
Tal vez el final de la cinta sea el punto más polémico de toda la trama y el que mayor incomodidad ha provocado en el ala republicana.
Antes de los créditos, un iracundo Cheney rompe la cuarta pared y pronuncia un monólogo en el que afirma que no se arrepiente de nada de lo que ha hecho en su carrera.
De esta forma, para críticos del político, la película capta la esencia de su figura y de sus años en el poder, mientras para sus admiradores, es una burla a quien consideran uno de los grandes de la política estadounidense.
Lo cierto es que lo que casi ninguno duda es que la película pone otra vez de relieve una figura cuya acción no solo cambió Estados Unidos, sino el mundo que conocemos ahora, el de después del 11 de septiembre de 2001.