El terremoto -seguido de un Tsunami- ocurrido el fin de semana pasado en la isla de Sulawesi, en Indonesia, ha dejado más de 1.200 víctimas fatales y muchas imágenes desoladoras.
Además de quienes buscan desesperadamente a sus familiares y quienes lloran a sus muertos, los videos y fotos muestran cómo, en algunas zonas, a las casas se las traga un suelo "derretido".
"Mi casa se movió unos 600 metros y el suelo comenzó a crecer y a revolver toda la estructura una y otra vez", le dijo uno de los damnificados a la BBC.
Y en otros videos publicados en redes sociales se pueden ver franjas enteras de tierra que se sacuden de un lado a otro frente a la cámara.
Como si el suelo, sólido y firme, se convirtiera de repente en una masa líquida.
Los especialistas han llamado a este proceso licuefacción del suelo. Y señalan que es común cuando un terremoto ocurre en zonas húmedas.
"Si uno observa las imágenes satelitales, se pueden ver conjuntos de casas que quedaron amontonadas en un espacio mínimo y dejaron tras de sí una extensión de tierra sin nada encima", le dijo a la BBC Dave Petley, profesor de la Universidad de Sheffield.
"Esto es un caso clásico de licuefacción del suelo, donde la estructura sólida que ha colapsado se convierte en un fluido y causa este tipo de deslizamientos", agregó Petley.
Pero, ¿cómo el suelo se puede volver líquido de repente?
Islas y zonas húmedas
En una de las imágenes que llegan desde Indonesia se puede ver cómo una antena parece que "caminara" sobre la tierra. En otras, los edificios se inclinan hacia un lado, como si estuvieran flotando en un río.
Pero están sobre tierra firme.
De acuerdo con la escuela de geología de la Universidad de Costa Rica, la licuefacción del suelo es "un fenómeno en el cual los terrenos, a causa de agua y particularmente en sedimentos recientes como la arena o la grava, pierden su firmeza".
Y agrega que "a consecuencia de los esfuerzos provocados por los temblores y los sismos, comienza a fluir. La licuefacción es una causa mayor de destrucción relacionada con terremotos".
Una de las primeras veces que se observó este fenómeno fue en el terremoto de Niigata, en Japón, en 1964.
En el caso de Indonesia, la saturación del agua se produce en las zonas de la isla de Sulawesi más cercanas al mar.
El portavoz de la Agencia Nacional de Gestión de Desastres del país (BNPB), Sutopo Purwo Nugroho, reconoció que habían confirmado la evidencia de la "licuación del suelo" en "al menos cuatro localidades como Sigi, Petobo y el sur de Palu".
En Palu, varios damnificados describieron el fenómeno como si la tierra se alzara varios metros.
"No sé cómo describirlo exactamente, pero es como si todo luciera más grande, más alto", dijo uno de los habitantes de esta zona.
El suelo se abrió de repente y comenzó a revolverse. Y las casas comenzaron a alejarse, como si fueran llevadas por el suelo", agregó.
¿Se puede evitar?
Así, el fenómeno de la licuefacción de suelos es "capaz de desplazar, hundir o bien volcar infraestructura, sean casas, edificios u otros", según apuntan los expertos de la Universidad de Costa Rica.
Gran parte de los daños que se presentaron en el terremoto de Japón de 2011 se debieron a este fenómeno, por lo que luego se tomaron varias medidas como la restructuración de los componentes del suelo en varias zonas costeras de ese país.
Sin embargo, eso lleva tiempo.
Por ejemplo, una de las ciudades más afectadas en ese entonces fue Urayasu, en el norte de Japón, donde casi cerca del 86% del territorio se vio afectado por el fenómeno tras el terremoto.
Y les tomó cerca de seis años reparar todos los daños provocados por el sismo, entre ellos restituir toda la red subterránea de la ciudad.
Por esa razón, para evitar daños en las zonas costeras tras los terremotos, los académicos recomiendan que "toda obra construida en estas zonas debe contar con estudios previos y detalles que caractericen el tipo de suelo que presenta el sitio".
En Indonesia continúan las labores de rescate para hallar a las personas desaparecidas, todavía no se tiene un balance concreto de los efectos del terremoto y se espera que la tierra no se siga derritiendo.