La reacción de Google fue rápida y contundente. Pero la polémica sigue creciendo.
La empresa despidió al empleado cuyo memorándum sobre la política de diversidad en el gigante tecnológico se volvió viral.
El trabajador, identificado en la prensa estadounidense como James Damore, afirmó en su mensaje que la escasa presencia femenina en el sector tecnológico no se debe a un problema de discriminación, sino a diferencias biológicas entre hombres y mujeres.
El director ejecutivo de Google, Sundar Pichai, dijo que el mensaje, publicado en un grupo interno de la empresa, cruzó la línea porque "resalta estereotipos de género dañinos en el lugar de trabajo".
Pero, ¿fue apropiada la acción de Google?
¿O, como aseguró el empleado, en el gigante tecnológico no pueden expresarse opiniones sin temor al despido y la ideología de Google creó una situación en la que algunas ideas son "demasiado sagradas para ser discutidas"?
De los dos lados
Mientras el empleado considera la posibilidad de demandar a la empresa, tanto el memorándum como el despido generan controversia en redes sociales.
Algunos critican duramente a Damore. Otros no sólo están de acuerdo con él sino que le ofrecen empleo.
Bajo el título "Cámara de eco ideológico de Google", el memorandum argumenta que "las capacidades de hombres y mujeres difieren en parte debido a causas biológicas".
"Estas diferencias pueden explicar por qué no vemos una representación igual de mujeres en el sector de la tecnología y en el liderazgo", agrega.
El autor escribió: "Debemos dejar de asumir que las brechas de género implican el sexismo".
Las mujeres, en promedio "están más interesadas en la gente" en lugar de "cosas" y son "más propensas a la ansiedad", agrega el documento.
"Google se equivocó"
"Está mal que una compañía despida a alguien simplemente por expresar una opinión", afirmó Jodie Ginsberg, de Index on Censorship, una organización con sede en Londres que aboga por la libertad de expresión.
¿Fue el despido un caso de censura?
"Sí", señaló categóricamente Ginsberg. "Y el mensaje de Google es que hay que callar las opiniones con las que no concordamos".
"Una formar mucho mejor de reaccionar a la carta habría sido discutir su contenido abiertamente", señaló Ginsberg.
Geoffrey Miller, psicólogo evolutivo de la Universidad de Nuevo México en Estados Unidos, dijo que Google había bajado en su estima tras el despido.
"Era razonable para el empleado esperar que podía expresar sus opiniones en un ambiente seguro", afirmó Miller.
"Es vergonzoso. Yo pensé que Google era una de las compañías más geniales del planeta. Uso muchos de sus softwares, pero ahora siento que al hacerlo estoy apoyando a un mastodonte inflexible", agregó.
"Si la empresa reaccionó en forma tan defensiva, entonces el despido parece probar que la acusación de que hay una 'cámara de eco ideológico' es verdad".
"Despido correcto"
Otros afirman que la empresa actuó correctamente.
La periodista y comentarista en temas de tecnología Kate Bevan cree que la carta creó "un ambiente hostil para las mujeres".
"No soy partidaria de reacciones en masa que exigen el despido de alguien con una opinión contraria", dijo Bevan.
"Pero en este caso el empleado actuó en una forma que era perjudicial para sus colegas".
"Si tu dices en público que una buena parte de tus colegas no están a la altura de un trabajo debido a sus cromosomas, lo que les estás diciendo en realidad a las mujeres es 'ustedes no son lo suficientemente buenas'".
Bevan agregó que un lugar de trabajo más diverso es mejor para los negocios.
"Si limitas tu personal limitas al mismo tiempo los productos que creas".
Mala ciencia
Geoffrey Miller, el psicólogo evolutivo, dijo que las referencias en el memorándum a estudios científicos "eran en gran medida acertadas" y reflejan "lo que se sabe y no se sabe actualmente" sobre diferencias de género.
Pero Gina Rippon, directora del departamento de estudios cognitivos de Aston University en Birmingham, Inglaterra, tiene una visión contraria.
"Para mí algo fundamental es que el empleado cometió errores en sus referencias científicas", dijo Rippon a la BBC.
"La base de su argumento es equivocada. No sé qué ha estado leyendo", agregó.
Y el propio autor del estudio citado en el mensaje, David Schimitt, aseguró que basarse en el sexo de una persona para predecir su personalidad es el equivalente en cirugía a "operar con un hacha".
El tema de las diferencia psicológicas entre hombres y mujeres es un área de investigación "que avanza más rápido de lo que se divulga en la prensa", asegura Rippon.
Y, para él, "el empleado de Google parece sugerir que porque algo tiene raíces biológicas no puede ser cambiado", aunque numerosos estudios demuestran lo contrario.
Las habilidades espaciales, por ejemplo, que suelen ser citadas como una diferencias entre hombres y mujeres, pueden cambiar con la práctica de videojuegos, asegura Rippon.
Y, por otra parte, "aún si se aceptara que hay diferencias biológicas, la ciencia demuestra que son tan diminutas que de ninguna forma podrían explicar la brecha de género en Google".
Un quinto son mujeres
Fecrtivamente, sólo el 20% de los puestos técnicos en Google son ocupados por mujeres, de acuerdo a las estadísticas de la propia empresa. En el personal no técnico el porcentaje es cercano al 50%.
"La disparidad entre hombres y mujeres no es tan grande como se piensa y la brecha de género en la sociedad no puede ser explicada por diferencias biológicas", aseguró Angela Sain, autora del libro "Inferior: cómo la ciencia se equivocó con las mujeres".
Y es que, en medio del debate, hay un hecho no puede ser disputado.
En empresas de tecnología como Google las mujeres siguen siendo siendo minoría. Y esa minoría recibe un trato diferente al de los hombres.
En un estudio de 2016 sobre mujeres que trabajan en Silicon Valley, la mitad de las encuestadas señaló haber recibido repetidamente el mensaje de que eran "demasiado agresivas".
Y casi la mitad afirmó que les habían solicitado, a diferencia de sus colegas hombres, hacer tares "menores" como tomar notas o encargar comida.