Imogen tiene 8 años y es una niña "demasiado" extrovertida. Padece síndrome de Williams, un trastorno conocido como "lo opuesto al autismo".

El síndrome de Williams, considerado una enfermedad rara porque afecta a menos de 5 personas por cada 10.000, se plasma en excesiva sociabilidad pero también en dificultades de aprendizaje.

Por suerte para ella, su padre, Craig Chaytor, quiso hacerle más fácil creándole un mundo virtual.

Lo hizo produciendo sus propios videos en 360 grados... sin saber nada sobre esa tecnología.

"No tenía absolutamente ninguna habilidad en realidad virtual", le dice Craig a la BBC.

"Durante los últimos 15 años trabajé como chef", cuenta.

"Ser padre es un orgullo para mí. Me hace sentirme orgulloso haber ayudado a mi hija para que saque lo mejor de sí misma", declara.

La enfermedad genética que sufre Imogen no le dificulta entablar conversaciones, pero sí enfocar su atención en ciertas cosas.

Problemas de aprendizaje

Según le contó recientemente a BBC MUndo la presidenta de la Asociación Síndrome Williams de España (ASWE), Rosa González, quienes sufren el síndrome de Williams son personas que, a nivel cognitivo, muchas veces no terminan de encajar en el sistema educativo ordinario ni en el especial.

"Hay muchas variantes del síndrome de Williams", explica Craig. "Una de ellas hace que Imogen tenga problemas de aprendizaje y se distraiga fácilmente".

"Cuando está aprendiendo una tarea simple de la casa, o bien se distrae o se enoja demasiado".

Así que Craig decidió buscar una solución: usar la tecnología para crear un mundo que le resultara más fácil de comprender a su hija.

Fue entonces cuando nació el proyecto IMME, tal y como lo llamó, con el cual espera "ofrecer una nueva manera disenseñar y mostrar aventuras a niños con o sin discapacidad".

Un mundo virtual

Imogen es la segunda de las hijas que Craig tuvo con su esposa Jennifer. El británico cuenta que la idea de crear un mundo virtual para la pequeña se le ocurrió durante una visita a un centro comercial en el que se exponía esa tecnología.

La niña se mostró muy entusiasmada con probarla, pero cuando se puso las lentes de realidad virtual comenzó a llorar, relata.

"Entonces fue cuando me di cuenta de que lo que estaba viendo no era realmente apto para una niña como ella", dice en un video publicado en GoFundMe, una página para proyectos de crowfunding (financiación colectiva)."

"Y decidí encargarme yo mismo de crear videos que ella pudiera ver".

"El proyecto le lleva a Imogen a un viaje escolar, creando un mundo del que pueda aprender", le cuenta Craig a la BBC.

"No hay distracción porque está muy enfocada cuando usa la realidad virtual".

También dice que Imogen ha aprendido mucho a través de ese mundo virtual.

"¿No es así?", le pregunta a la niña. "Sí", contesta ella con una sonrisa.

Craig dice que cuando Imogen aprende palabras y colores de libros recuerda lo que ve en los videos de realidad virtual porque está menos distraída cuando usa las lentes virtuales.

Y es que Craig creó también unos libros que acompañan el material audiovisual. Cada página es una lección diferente: matemáticas, ciencias, lengua...

"Me encantan los libros de papá", asegura.

Craig espera ahora que esta experiencia virtual sirva para ayudar a otros niños en otras partes del mundo.

"Lo que le diría a alguien que esté tratando de inventar algo para hacer un mundo mejor es que nunca se rinda. Cualquier persona puede hacer algo si realmente se lo propone".

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