El teléfono más polémico y "explosivo" de Samsung está de vuelta en las tiendas. Al menos, en las de Corea del Sur.
Este viernes salió a la venta su "versión reacondicionada" -tal y como explicó la compañía hace meses- en el país asiático. Y su nombre es Fan Edition, FE (en inglés edición para fanáticos)
Ciertamente, hay que ser muy fan de Samsung para apostar por un teléfono que, desde sus inicios, no ha dejado de dar disgustos a la compañía y a los usuarios, llegó a ser prohibido en varis compañías y aeropuertos.
Las decenas de casos de explosiones de baterías empañaron la imagen de la tecnológica surcoreana, que acabó por reclamar a sus clientes que devolvieran los celulares -que finalmente retiró del mercado- en medio de un desastre corporativo del que a duras penas logró recuperarse.
También tuvo que enfrentarse a las presiones de los ambientalistas para reducir el impacto de sus celulares en el entorno que organizaciones como Greenpeace llamaron "desastre medioambiental".
Esta vez, la prioridad está clara: el dispositivo debe ser seguro y ecológico a partes iguales. ¿Qué tiene de diferente del Note 7 original para que no explote?
Una batería más pequeña y ecológica
Samsung quiso pecar de prudente ante la posibilidad de que puedan surgir nuevos incidentes y lo hizo proporcionándole a su nuevo teléfono una batería de menor tamaño.
La cuestión del impacto ambiental -y las conversaciones con Greenpeace- también afectaron al tamaño de las pilas del celular, que pasaron de ser de 3.500 miliamperios por hora (mAh) a 3.200. La empresa surcoreana fue muy criticada por sus planes de destruir completamente los celulares recuperados.
Su precio también es menor: un 30% más económico que el primer Note 7, en torno a unos US$615.
Asimismo, contará con un software actualizado y Bixby, el nuevo asistente de inteligencia artificial de Samsung.
En cuanto a las similitudes, usa el mismo hardware,, 4 GB de RAM y cámara de 12 megapíxeles, además del lápiz para escribir en la pantalla de 5,7 pulgadas.
Todavía no se sabe cuándo se venderá en otros países -o si lo hará-, pero lo que sí está claro es que Galaxy Note FE es un llamado a los fans de Samsung y una estrategia empresarial de la compañía para reafirmarse y demostrar que puede hacerlo mejor.
Tampoco se sabe si el gigante tecnológico sacará de sus almacenes las más de 2,5 millones de unidades recuperadas que todavía guarda, pero el mayor fabricante de teléfonos inteligentes del mundo espera recuperar parte de las pérdidas.
De momento, sólo habrá una edición limitada de 400.000 dispositivos, lo cual, comparado con los millones que vende la empresa cada vez que fabrica un aparato nuevo es una cantidad poco arriesgada.
El lanzamiento de este celular llega apenas unas semanas antes del esperado Galaxy Note 8.
El tiempo dirá si las segundas partes pueden funcionar o si, como dice el refrán, "nunca fueron buenas".