En Gales, Reino Unido, unas 9.000 personas fueron admitidas en instalaciones de salud mental el año pasado. Unas 2.000 de ellas fueron formalmente internadas o "detenidas".

Non McCarthy, una mujer de 40 años, es una de éstas últimas. En los últimos 15 años ha sido detenida en un hospital psiquiátrico en dos ocasiones.

La primera vez fue cuando, siendo adolescente, contactó a los servicios de salud mental de su comunidad por un trastorno alimenticio.

Su ansiedad hizo que recurriera al alcohol antes de que fuera diagnosticada con una forma de trastorno de la personalidad y después con trastorno bipolar.

Fue entonces cuando comenzó a oír voces.

"Estaba padeciendo psicosis, creía que el gobierno estaba formado por extraterrestres y que habían colocado en mi cabeza un chip para rastrearme y para leer mis pensamientos", le cuenta a la BBC.

"Sé que suena chistoso, pero yo lo creía 100%". Fue un episodio particular que hizo que me internaran bajo la Ley de Salud Mental".

Riesgo

En Reino Unido, y en varios otros países las personas pueden ser tratadas en alguna instalación de salud mental o pueden internarse en éstas de forma voluntaria.

Sin embargo, hay casos en las que una persona es detenida bajo la Ley de Salud Mental, establecida en Reino Unido en 1983, y sometida a un tratamiento sin su consentimiento.

Estas personas por lo general requieren un tratamiento de emergencia porque pueden ser un riesgo para sí mismas o para los demás.

"Yo era un riesgo para mí misma. Tenía fuertes pensamientos suicidas y podía escuchar voces en mi cabeza diciéndome que me matara", relata Non McCarthy.

McCarthy ha querido hablar sobre sus experiencias porque espera "desmitificar" las detenciones de la Ley de Salud Mental y acabar con el estigma y los tabús.

Las experiencias de Non de ser detenida no terminaron con ese primer episodio.

A pesar de que la liberaron ella seguía luchando con su salud mental, y después de asistir al hospital voluntariamente, los médicos decidieron que estaba en su mejor interés mantenerla internada allí.

Para ser detenido bajo la Ley de Salud Mental dos médicos y un profesional aprobado de salud mental deben tomar la decisión de retener al paciente.

Non asegura que sus recuerdos de ese momento son confusos pero hay momentos clave que sí recuerda con claridad.

"Hay una reunión... todos tienen que acordar que no estás bien y necesitas ser detenida, hay muchas formularios legales que se tienen que llenar, tus padres o guardianes o alguien cercano a ti está allí contigo y entonces ya... tienes que ser detenida".

"Te sientes impotente, completamente incapaz. En realidad no puedes creerlo, porque no has hecho nada malo, sólo estás enferma".

"Te sientes como prisionera y supongo que ésta es la única parte de la sociedad, además de la cárcel, donde te pueden encerrar en contra de tu voluntad".

"Sientes miedo de que alguien pueda tener tanto poder sobre tu vida. Te pueden detener por cualquier cosa durante meses y cuando oyes eso piensas: 'eso es mucho tiempo'".

"Estaría muerta"

En ambas ocasiones McCarthy fue detenida por seis meses.

Ella recuerda vívidamente el sentido de alivio y de "volver a tener tu libertad" cuando la liberaron. Lo primero que hizo fue pasar tiempo con su familia y sus mascotas.

Todavía es una paciente externa de salud mental y ve a un psiquiatra. Dice que haber sido detenida tuvo un enorme efecto en ella.

"En ese momento lo resentí", cuenta. "Odié a los doctores y odié al psiquiatra y sentí que estaban persiguiéndome".

"Pero mirando al pasado ya no lo resiento porque creo que lo necesitaba. Como me dicen mis padres: 'si no te hubieran detenido estarías muerta'".

"Y sí, estaría muerta. Yo misma lo creo. Probablemente me habría suicidado".

Publicidad