En 2012, mientras navegaba por el sitio web del partido ultranacionalista griego Amanecer Dorado para un reportaje, me tropecé con la foto de una mujer envuelta en un sari de seda azul que miraba un busto de Hitler, superpuesta contra un dramático atardecer.

¿Qué hacía esta mujer de apariencia hindú en la página de un partido abiertamente racista que quiere expulsar a todos los extranjeros de Grecia?

En ese momento la archivé en algún lugar de mi cabeza como una curiosidad. Hasta que la creciente marea de extrema derecha en Europa y Estados Unidos volvió a arrojar el nombre de Savitri Devi.

Hoy en día no es difícil encontrar en foros neonazis referencias a sus libros, especialmente a "El rayo y el sol" -donde se sostiene que Hitler era un avatar, es decir una encarnación, del dios hindú Vishnu- y a "Oro en el crisol", que insta a los verdaderos creyentes a confiar en el resurgimiento del nacionalsocialismo.

El portal estadounidense de extrema derecha Counter-Currents también alberga un extenso archivo en línea de su vida y obra.

Y sus opiniones también están llegando a una audiencia más amplia gracias a líderes del movimiento Alt-Right como Richard Spencer y Steve Bannon, hasta hace poco el principal estratega del presidente Donald Trump y fundador de Breitbart News.

Tanto Spencer como Bannon, y en general toda la Alt-Right, han retomado su visión de la historia como una batalla cíclica entre luz y oscuridad, una teoría compartida con otros místicos fascistas del siglo XX.

Mientras en las radios de la extrema derecha también se puede oír a bandas de dark metal tronando sobre el Kali-iuga, la edad de la oscuridad anunciada por la mitología hindú que Savitri Devi creía que Hitler estaba destinado a acabar.

Pero, ¿quién era esta mujer y por qué sus ideas están resurgiendo hoy?

Atraída hacia Hitler

A pesar del sari y de su nombre, Savitri Devi era europea, hija de una madre inglesa y un padre greco-italiano nacida en la ciudad francesa de Lyon en 1905 como Maximiani Portas.

Y, desde pequeña, despreció todas las formas de igualitarismo: "Una niña linda no es igual a una niña fea", le dijo a un entrevistador enviado por el negador del Holocausto Ernst Zundel en 1978.

Conquistada por el nacionalismo griego llegó a Atenas en 1923, junto a los miles de refugiados desplazados por la desastrosa campaña militar de Grecia en Asia Menor al final de la Primera Guerra Mundial.

Savitri culpaba a los aliados occidentales por la humillación de Grecia y por lo que ella consideraba eran condiciones injustamente punitivas impuestas a Alemania por el Tratado de Versalles.

Desde su perspectiva, tanto Grecia como Alemania eran víctimas a las que se les había negado la legítima aspiración de unir a todo su pueblo en un único territorio.

Esto, combinado con un fuerte antisemitismo que decía haber aprendido en la Biblia, hicieron que desde muy temprano se identificara como una Nacional Socialista.

Hitler era el líder de Alemania pero, para Savitri, su deseo de erradicar a los judíos de Europa y devolver a la "raza Aria" a su legítima posición de poder también lo convertían en su "Fuhrer".

Al igual que los pensadores antisemitas del siglo XVIII, Savitri culpaba a los judeo-cristianos de haber acabado con la gloria de Grecia y la vieja utopía mítica de los arios.

Y en 1930 viajó a India en busca de una versión viviente del pasado pagano de Europa, convencida de que el sistema de castas los había preservado puros y sin contaminarse (una idea compartida por el antiguo líder del Ku Klux Klan David Duke, quien también visitó India en la década de 1970).

Nazismo e hinduismo

Una mujer europea viajando sola en cuarta clase era tan rara que las autoridades coloniales la pusieron bajo vigilancia, pero Savitri no demostró mayor interés por los británicos en India hasta la segunda Guerra Mundial, cuando compartió información sobre ellos con Japón.

En contraste, aprendió varios idiomas locales, se casó con un brahmán -al que consideraba un ario, como ella- y forjó una elaborada síntesis de mitos hindúes y nazismo en la que Hitler era presentado como "un hombre contra el tiempo" destinado a acabar con el Kali-iuga e iniciar una nueva era de supremacía aria.

En la Calcuta de la década de 1930, Savitri trabajó para la Misión Hindú, hoy un silencioso templo de barrio que en esos días era un centro de actividad misionera y nacionalismo hinduista.

La politización de las comunidades religiosas de India durante el dominio británico había ayudado al crecimiento del movimiento Hindutva, que argumentaba que los hindúes eran los verdaderos herederos de los arios e India una nación esencialmente hindú.

Y Savitri le ofreció sus servicios al director de la Misión, Swami Satyananda, quien al igual que muchos indios antes de la independencia compartía su admiración por Hitler y la dejaba mezclar propaganda nazi con su discurso nacionalista hindú.

En esa época se dedicó a viajar por todo el país dando charlas en hindi y bengalí y aderezando sus lecciones sobre valores arios con citas de Mein Kampf (Mi lucha).

Pero en 1945, devastada por la caída del Tercer Reich, Savitri regresó a Europa para trabajar por su restauración y su llegada a Inglaterra es descrita en su libro "Bigotes largos y la Diosa de dos piernas", una fábula infantil cuya heroína es una nazi amante de los gatos, como ella.

La heroína, Heliodora, "no tenía ´sentimientos humanos´ en el sentido ordinario de la expresión" escribió. "Desde su tierna infancia había quedado demasiado profundamente conmocionada por el trato de los hombres a los animales... como para tener simpatía por gente que sufría por ser judía".

"Camaradas" nazis

Savitri siempre dejó en claro que prefería los animales a los humanos y, al igual que Hitler, era vegetariana.

También veía el mundo desde una gran distancia, interesándose más por lo que creía eran los patrones profundos de la naturaleza que por las vidas humanas.

En 1948, Savitri logró entrar a la Alemania ocupada donde distribuyó miles de volantes donde se leía: "¡Un día nos levantaremos y volveremos a triunfar! ¡Esperen con esperanza! ¡Heil Hitler!".

Años después declararía que le alegró haber sido arrestada por las autoridades de ocupación británicas porque eso la acercó a sus "camaradas" nazis.

Durante su paso por prisión, recortado gracias a la intervención de su esposo a través del gobierno indio, se hizo muy cercana a una antigua guardiana del campo de concentración de Bergen-Belsen condenada por crímenes de guerra,.

"Una mujer hermosa, una rubia más o menos de mi edad", la describió.

La sexualidad de Savitri ha sido objeto de especulaciones.

Su casamiento con Asit Mukherjee supuestamente era célibe porque no pertenecían a la misma casta.

Y la financista nazi Francoise Dior, sobrina del famoso diseñador, asegura haber sido su amante.

Muerte y resurrección

Hacia el final de su vida Savitri Devi regresó a India, donde parecía sentirse más en casa.

Ahí se dedicó a cuidar a los gatos de su tranquilo barrio de Delhi, alimentándolos cada mañana con pan y leche y vestida con las joyas de oro tradicionalmente llevadas por las mujeres hindúes casadas.

Savitri, sin embargo, murió en Inglaterra, en la casa de una amiga, en 1982.

Se dice que sus cenizas fueron sepultadas, con honores fascistas, junto a las del líder nazi estadounidense George Lincoln Rockwell.

Y aunque en India su nombre se ha olvidado casi por completo, el nacionalismo hindú que ella abrazó y ayudó a promover está en alza, para preocupación de su sobrino, el veterano periodista de izquierda Sumanta Banerjee.

"En su libro 'Una advertencia a los hindúes', publicado en 1939, ella les recomendaba cultivar 'un espíritu de resistencia organizada'. El blanco de esa resistencia eran los musulmanes, a los que ella veía como una amenaza para los hindúes. Y ese mismo miedo está vivo hoy", explica Banerjee.

Además, Hindutva también es la ideología oficial del partido del primer ministro Narendra Modi, el Bharatiya Janata, que sostiene que musulmanes y seculares han debilitado a la nación hindú.

Los portavoces del partido de Modi condenan la violencia, pero los desórdenes que llevaron a la destrucción de la mezquita Babri en Ayodyha en 1992 y la actual ola de ataques -a veces fatales- en contra de musulmanes y opositores cuenta una historia diferente.

Mientras que, en Estados Unidos, el racismo, el anticomunismo y el convencimiento de los cristianos fundamentalistas de que el apocalipsis se acerca, también han abonado el terreno para el flirteo de la extrema derecha con sus profecías ocultistas que mezclan hinduismo y nazismo.

Y ahí, como en India, el miedo de la mayoría gobernante a perder el poder ha servido como una efectiva herramienta de reclutamiento.

"Desde mediados de la administración Obama el factor más importante en la mente de los que se unieron al Tea Party es la idea de que los blancos estaban siendo desplazados", dice el investigador y escritor Chip Berlet, para quien eso ha ayudado a engrosar las filas de extrema derecha y grupos supremacistas blancos.

Y los trabajos de Savitri Devi ya forman parte de la historia tanto del nacionalismo hindú como de la extrema derecha europea y estadounidense, pues sus excéntricos escritos contienen -si filtros y sin censura- todas sus ideas clave.

Ideas como que los humanos pueden ser divididos en "razas" que deben permanecer separadas, que algunos grupos son superiores a otros y tienen más derechos, que esos grupos están bajo amenaza y que los oscuros tiempos que estamos viviendo solo terminaran cuando ellos recuperen el poder y nos lleven de regreso a una mítica edad dorada.

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