Los Rollos del mar Muerto, que datan de hace casi 2.000 años, son unos de los documentos mejor conservados que jamás se hayan encontrado.
Los expertos los consideran uno de los mayores logros de la arqueología moderna.
Son más de 900 manuscritos, la mayoría escritos en hebreo, que sirven de testimonio de los textos bíblicos más antiguos que se conozcan.
Pero entre ellos, hay uno que llama especialmente la atención de los científicos, porque está particularmente bien conservado y elaborado de una manera que ellos consideran "inusual".
Se trata del Rollo del Templo, un manuscrito de 7,6 metros de largo, uno de los más grandes y mejor preservados de los que se hallaron en las cuevas de Qumrán, en la costa norte del mar Muerto en Israel, en 1947.
El rollo es el más delgado de todos, tiene solo la décima parte de un milímetro de grosor, pero también tiene la superficie más blanca y clara de todos los pergaminos.
Por eso, un grupo de ingenieros y científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), la Universidad de Harvard y la Universidad de Hamburgo se dieron a la tarea de investigar de qué estaba hecho.
Una mezcla inusual
"El Rollo del Templo es quizá el más hermoso y mejor preservado de todos", dijo en un comunicado Admir Masic, investigador de materiales arqueológicos en el MIT y uno de los autores de la investigación.
Para averiguar de qué está hecho, Masic y sus colegas tomaron un fragmento de unos 2,5 cm y analizaron su composición química.
Bajo el microscopio, los investigadores notaron que el rollo había sido procesado con un mezcla de sales que se encuentran en las evaporitas, que es el material que queda como residuo luego de que se evaporan las salmueras.
Así, vieron que sobre el pergamino, hecho de piel animal, se habían esparcido materiales como sulfuros, sodio y calcio en concentraciones "inesperadamente altas", según explica Masic.
Los investigadores no lograron identificar de dónde proviene esa mezcla de sales, pero sí determinaron que no coincide con la composición del agua del mar Muerto.
Para ellos es claro que esta cobertura fue lo que le permitió al pergamino mantener su inusual brillo y probablemente contribuir a su buen estado de conservación.
Según los expertos, este hallazgo brinda nuevas pistas para entender mejor la cultura del cristianismo y el judaísmo.
Además, puede arrojar luz sobre posibles métodos para preservar estos documentos.
Identificar estas mezclas y composiciones químicas también puede ayudar a identificar escritos falsos que se hacen pasar por antiguos.