El extraño objeto interestelar que pasó por nuestro Sistema Solar en 2017 sigue sorprendiendo a los científicos.

El visitante fue nombrado por los astrónomos Oumuamua, "mensajero de lejos que llega primero" en hawaiano.

El objeto de forma alargada fue descubierto en octubre del año pasado por astrónomos que trabajaban en el sistema de sondeo continuo Pan STARRS de la Universidad de Hawái.

Oumuamua no tenía la característica cola que define a los cometas y fue clasificado en un principio como el primer asteroide interestelar.

Pero la identidad del visitante resultó ser mucho más compleja.

"Debe ser un cometa"

Un equipo de astrónomos dirigido por Marco Micheli, de la Agencia Espacial Europea (ESA), hizo mediciones de alta precisión utilizando instrumentos terrestres y el telescopio espacial Hubble.

Micheli y su equipo descubrieron que el objeto se desviaba ligeramente de la trayectoria que seguiría si solo estuviera afectado por la gravedad del Sol y los planetas.

"Descubrimos inesperadamente que Oumuamua no estaba desacelerando tan rápido como debería hacerlo solo bajo las fuerzas gravitatorias", señaló Micheli, autor principal del estudio publicado en la revista Nature.

"Probamos muchas alternativas plausibles y la más factible es que Oumuamua debe ser un cometa y que los gases que emanan de su superficie están causando las pequeñas variaciones en su trayectoria", indicó David Farnochhia, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA.

Los cometas contienen hielo que pasa de sólido a gaseoso cuando es calentado por el Sol, arrastrando el polvo de la superficie para crear una atmósfera difusa y a veces una cola.

Sin embargo el equipo todavía no detectó material polvoriento, por lo que los científicos creen que Oumuamua debe haber liberado solo pequeñas cantidades de polvo.

Cometas vs asteroides

Los cometas y asteroides tienen algunas características en común.

Ambos orbitan el Sol, siguen trayectorias inusuales y son remanentes de los materiales que formaron el Sistema Solar.

La mayor diferencia es el material que los compone. Mientras los asteroides se componen de metales y roca, los cometas están compuestos de hielo, polvo, roca y compuestos orgánicos.

Por ese motivo, cuando los cometas se acercan al Sol, el calor derrite y vaporiza parte del hielo. Las comas o cabelleras de los cometas son nubes de gas o polvo que envuelve al cometa en un halo que se extiende al acercarse al Sol formando la mencionada cola característica.

A diferencia de los cometas, los asteroides normalmente no tienen colas, ya que se mantienen sólidos aun en las cercanías del Sol.

Sin embargo, se han detectado algunos asteroides que adquieren colas esporádicas cuando expulsan nubes de gas y polvo luego de ser golpeados por otros asteroides.

Algunos científicos piensan además que los asteroides se formaron mucho más cerca al Sol, donde era demasiado caliente para que el hielo permaneciera sólido, mientras que los cometas se formaron a una distancia mayor del Sol, lo que les permitió permanecer helados.

Información clave

"Oumuamua no es el único caso en que la distinción entre cometas y asteroides no ha sido clara", señala en declaraciones a la BBC Sara Russell, del Museo de Historia Natural de Londres.

"Estamos encontrando objetos similares a cometas en el cinturón principal de asteroides", una región del Sistema Solar comprendida entre las órbitas de Marte y Júpiter.

Siendo el primer visitante de otro sistema solar, un cometa puede darnos más información sobre la formación de los planetas.

"Los cometas se formaron probablemente en las regiones exteriores de otros sistemas planetarios. Tal vez por ello pueden escapar a la gravedad de su estrella y entrar al espacio interestelar más fácilmente que un asteroide", explicó Russell.

"Oumuamua y otros viajeros interestelares que eventualmente visiten nuestro Sistema Solar pueden darnos potencialmente pistas geniales sobre la naturaleza y composición de otros sistemas planetarios. Estos objetos pueden mostrarnos si nuestro Sistema Solar es único o uno de muchos sistemas habitables en nuestra galaxia".

Observaciones

Oumuama fue observado por potentes telescopios terrestres y fue visto por última vez por el Hubble a principios de 2018.

Los astrónomos continuarán analizando esas observaciones, pero jamás volveremos a ver a Oumuama.

En septiembre, el cometa pasó cerca del Sol a una velocidad de 315.400 kilómetros por hora.

El cometa es lo suficientemente rápido como para escapar de la atracción gravitacional del Sol y eventualmente abandonará nuestro Sistema Solar.

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