Los llamados "vapes (vaporizadores) saludables" son cada vez más populares. A diferencia de los cigarrillos electrónicos tradicionales que contienen nicotina, estos productos tienen vitaminas, hormonas o aceites con esencias.
Sin embargo, las afirmaciones no probadas de las empresas que comercializan estos dispositivos, las cuales aseguran que son beneficiosos para la salud, han puesto en alerta a la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés).
Los vaporizadores saludables -también conocidos como "difusores de suplementos nutricionales"- abarcan una serie de productos que tienen un origen común en los cigarrillos electrónicos.
Los cigarrillos electrónicos suministran nicotina a los pulmones sin necesidad de combustión ni de tabaco. Esto elimina algunos componentes nocivos, como el alquitrán del tabaco. En lugar de la combustión, los cigarrillos electrónicos utilizan la energía de una batería para calentar el e-líquido, que forma un vapor que se puede inhalar.
Una nueva oleada de productos pretende utilizar este mismo sistema de suministro inhalado para una amplia gama de productos sin nicotina, como vitaminas (las B12 y C son especialmente populares), cardo mariano, melatonina (una hormona), té verde y una variedad de aceites con esencias. Las empresas que los fabrican afirman que diferentes combinaciones de estos aditivos ayudan a concentrarse mejor, a dormir e incluso a perder peso.
La inhalación de estos compuestos, en lugar de su ingestión, permite una absorción más rápida en el torrente sanguíneo, por lo que, en teoría, las vitaminas y los suplementos podrían actuar más rápidamente.
Muchos de estos aditivos individualmente son suplementos considerados como seguros para su consumo. Pero la gran mayoría no han sido probados para determinar si son seguros para su inhalación y que no conllevan riesgos de daños a largo plazo. Como los "vapes saludables" no contienen nicotina, evaden a las autoridades reguladoras.
La incidencia de la lesión pulmonar aguda (Evali) relacionada con el cigarrillo electrónico en EE.UU. en 2019 pone de relieve la importancia de examinarlos. En las 60 muertes por Evali reportadas inicialmente, el acetato de vitamina E fue identificado como el agente que causó el daño pulmonar en las víctimas. La vitamina E es un complemento alimenticio común, por lo que estas muertes revelan claramente cómo sustancias bien conocidas y consideradas seguras pueden provocar consecuencias muy graves para la salud cuando se inhalan.
Estos dispositivos son bastante nuevos en el mercado, por lo que no hay muchas investigaciones respecto a su seguridad. Sin embargo, al revisar los componentes específicos podemos hallar posibles efectos, tanto beneficiosos como perjudiciales.
Componentes del e-líquido
Muchos compuestos benignos o beneficiosos pueden resultar perjudiciales si se administran de forma no probada o al grupo de personas equivocado. Por ejemplo, los beneficios de la vitamina C son universalmente conocidos, pero se ha demostrado que altas dosis de vitamina C aumenta el riesgo de muerte en personas con sepsis.
La vitamina B12 también es un complemento popular para estos dispositivos. En las personas con déficit de esta vitamina, una inyección de B12 es muy eficaz para restablecer los niveles. No obstante, actualmente hay una ausencia de evidencia que respalde cualquier beneficio para las personas con niveles normales de B12. Además, carecemos de pruebas sobre la seguridad o la eficacia de la B12 cuando es inhalada.
Un estudio realizado en 1967 no mostró ningún beneficio de la inhalación de vitamina B12 en comparación con su administración por inyección. Sin embargo, los investigadores que condujeron las investigaciones tuvieron cuidado en señalar el potencial de daño pulmonar que esta vitamina podía provocar.
La información disponible sobre de los componentes compartidos con los cigarrillos electrónicos también permite hallar posibles efectos. Algunos productos suministran vitamina B12 disuelta en un componente común del e-líquido, la glicerina vegetal. Otros utilizan propilenglicol o una mezcla de ambos líquidos. Cuando se calientan estos componentes se descomponen en sustancias químicas nocivas, denominadas especies reactivas de carbonilo, como el formaldehído.
Se ha demostrado que estas sustancias químicas dañan los macrófagos alveolares, importantes células inmunitarias del pulmón, de una forma que no depende de la presencia de nicotina. También se han producido resultados similares en otras células importantes de las vías respiratorias e inmunitarias.
Los "vapes saludables" que suministran aceites con esencias también pueden desencadenar los mismos problemas, pues contienen compuestos llamados terpenos y una mezcla de otras sustancias químicas similares a los e-líquidos.
Se ha informado de que los terpenos tienen una serie de beneficios, como propiedades anticancerígenas, antialérgicas y antimicrobianas, lo que sugiere los posibles beneficios de ingerir estos aceites.
Sin embargo, los terpenos se degradan con el calor, por lo que pueden descomponerse al vapear en compuestos nocivos que pueden irritar las vías respiratorias y pueden resultar tóxicos para las células en dosis altas y con una exposición más prolongada.
Mayor escrutinio
Dadas las similitudes entre los cigarrillos electrónicos y los "vapes saludables", las empresas que los producen se enfrentan a un mayor escrutinio por parte de los organismos de salud pública. La FDA ha advertido que los "vapes saludables" son "inseguros", "ineficaces" y "no están probados".
Hay que sopesar cuidadosamente los beneficios y los riesgos de su uso. Muchos de los suplementos de estos dispositivos pueden ayudar a mejorar nuestro estilo de vida, pero no hay pruebas que respalden los beneficios de la inhalación frente a los métodos tradicionales de administración.
Los "vapes saludables" no llevan suficiente tiempo en el mercado para que los investigadores sepan con certeza las consecuencias a largo plazo que pueden acarrear su uso. No obstante, sabemos que la exposición a corto plazo de algunos de sus componentes puede dañar los pulmones, por lo que su uso prolongado puede suponer un riesgo muy grave, que inclina la balanza en contra de su uso.
*Aaron Scott y Alice Jasper, es profesor de Ciencias Respiratorias e Investigadora sobre Inflamación y Envejecimiento de vías respiratorias de la Universidad de Birmingham (Reino Unido), respectivamente. Esta nota se publicó en The Conversation y fue reproducida aquí bajo la licencia Creative Commons.