La Navidad es un tiempo de indulgencias: hay para comer todo tipo de chocolates, quesos, tartas dulces, frutos secos, papas fritas... y todo eso, después de haber comido a lo grande en la cena de Nochebuena.
Por eso no sorprende que muchos acaben aumentando un poco de peso.
Las investigaciones indican que la gente no solo engorda más rápido durante las fiestas sino que esos kilos pueden ser difícil de bajar.
De hecho, se han hecho investigaciones específicas sobre aumento de peso en las fiestas.
Si te preocupa subir unos kilos en Navidad, entender cómo la variedad de alimentos afecta la forma en que comes puede ayudarte a no caer en la tentación.
Esto es importante, porque cuanta más variada es la oferta, más tendemos a comer.
Varios estudios han demostrado que cuando hay sobre la mesa varios tipos de alimentos, la gente tiende a comer más.
Este "efecto de la variedad" puede ser útil si estás tratando de comer más frutas y verduras, pero resulta todo lo contrario si lo que pretendes es ingerir menos postres, por ejemplo.
Saciedad interrumpida
Recientemente hablé con Jimmy Doherty, el presentador de un programa especial de comida navideña de la televisión británica, sobre los diversos alimentos y sobre cómo entender el "efecto de la variedad" puede ayudarte a comer menos chocolate después de la cena de Nochebuena.
En el programa les pedimos a dos grupos de voluntarios que decorasen un árbol de Navidad y les dimos chocolates para que comiesen mientras lo hacían.
Descubrimos que, en concordancia con otros estudios científicos, la gente comía más del plato que contenía chocolates de distintos sabores que del que tenía un solo tipo.
Se cree que el efecto de la variedad es el resultado de un fenómeno llamado "saciedad sensorial específica".
Esto ocurre porque nuestro deseo de consumir un sabor, un color y una textura particular decrece mientras consumimos el alimento con esos atributos.
Es uno de los procesos que nos ayuda a dejar de comer. Pero no afecta al deseo de comer otros alimentos diferentes, que no se reduce.
De esta manera, alternar entre alimentos con diferentes sabores interrumpe y retrasa el momento en el que se desaparece el deseo de comer.
Y tras una serie de interrupciones, el tiempo de la comida o la merienda se hace más largo y se come más en general.
Limita tus opciones
Tomemos el ejemplo de los chocolates en el programa de televisión.
El grupo de voluntarios con el plato con chocolates idénticos sintió que, a medida que los ingería, eran cada vez menos placenteros y se sintió menos inclinado a seguir comiendo.
Pero los voluntarios que se enfrentaron al plato con chocolates variados experimentaron cada nuevo sabor como placentero y cada vez que probaban uno, interrumpía el proceso de disminución del placer que el anterior había puesto en marcha.
En general, esto llevó a que el segundo grupo comiera más chocolates.
Obviamente, que tengamos sobre la mesa alimentos diversos no es algo exclusivo de la Navidad. Comidas de diferentes sabores, texturas, olores y colores nos tientan durante todo el año.
Pero la época navideña nos da la oportunidad de ingerir una gran variedad de alimentos, ya que las tiendas ofrecen productos especiales.
Sin embargo, tener conciencia del "efecto de la variedad" nos permite tener más control sobre lo que ponemos en nuestro plato.
Piensa en las cajas de bombones. Y si puedes, elige menos tipos de chocolate para evitar comer muchos.
Puedes también usar el "efecto de la variedad" para animarte a ti mismo y a tus invitados a comer una selección más amplia de vegetales en la cena de Nochebuena.