Uno va a buen ritmo, corriendo, nadando o en bicicleta y de repente, ¡zas!. Ese incómodo pinchazo en un lateral de la barriga que nos impide continuar.

Es punzante y doloroso, y no se pasa hasta que aminoramos el ritmo y descansamos un rato pero, ¿qué es exactamente?

Se conoce en términos médicos como "dolor abdominal transitorio relacionado con el ejercicio" (ETAP por sus siglas en inglés), según señala la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Y es mucho más común de lo que parece.

Cerca de un 70% de las personas que corren como forma de ejercitarse físicamente lo padecieron en el año anterior a la encuesta realizada en un estudio conjunto de la Universidad de Newcastle y la Universidad de Avondale, ambas en Australia, y publicado en 2015.

Pero no solo le ocurre a los que corren, también es frecuente entre ciclistas, nadadores y quienes practican otras actividades aeróbicas.

¿Por qué se produce?

La ciencia no ha logrado ponerse de acuerdo en una sola causa así que lo que hay son hipótesis, señalan desde las universidades australianas autoras del estudio anterior.

Puede ser causado porque cuando realizamos ejercicio el diafragma, el músculo localizado entre el pecho y el abdomen, se extiende demasiado y con los golpes que damos en el suelo al correr puede sufrir espasmos que derivan en ese pinchazo tan incómodo.

Otra teoría es que el ejercicio físico mueve los órganos internos de nuestro cuerpo tensando los ligamentos que los mantiene unidos en tu interior. El peritoneo sería entonces el culpable ya que es una membrana con una capa doble que cubre la pared abdominal y a la vez sujeta los órganos.

Entre las capas de esta membrana hay un líquido que hace que los órganos no se rocen demasiado entre sí. Cuando comes mucho, el estómago presiona la capa interior y te puede provocar pinchazos. También cuando realizas ejercicio y sudas, te deshidratas así que hay menos líquido en la capa del peritoneo.

Cómo evitarlo

Una vez que lo estás sufriendo lo único que puedes hacer es parar la actividad física que estés realizando y esperar a que el dolor desaparezca.

Ahora, si lo que quieres es evitarlo entonces no deberías hacer ejercicio inmediatamente después de haber ingerido una comida copiosa que haga a los órganos trabajar más e inflamarse.

Además, es recomendable tomar agua antes de (y durante) la actividad física y hacer un buen calentamiento previo.

Una vez en carrera, ha de incrementarse la intensidad del ejercicio de manera gradual y respirar de manera lenta y profunda.

También, en caso de que el diafragma sea el causante, los expertos recomiendan fortalecer los músculos oblicuos, abdominales y lumbares.

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