Fue diseñado con una única -pero crucial- función en mente: proteger a los cultivos del mundo de una catástrofe global para garantizar que a los seres humanos no nos falte nunca el alimento.

Sin embargo, este búnker enterrado a 150 metros de profundidad dentro de una montaña en el Ártico sufrió recientemente una inundación en el túnel de entrada.

Las temperaturas extremadamente altas del año pasado provocaron un deshielo del permafrost -la capa de hielo que está permanente congelada- y el agua se coló dentro de la bóveda, y se transformó en hielo cuando las temperaturas volvieron a descender.

Afortunadamente, ninguna de las millones de semillas de las más de 5.000 especies de cultivos que se atesoran allí, a -18ºC, resultó dañada.

No obstante, el incidente pone en entredicho la capacidad de esta bóveda -bautizada por los científicos del centro como la "habitación más importante del mundo"- de preservar los cultivos en caso de desastre.

Verano húmedo

El Banco Global de Semillas de Svalbard fue inaugurado en 2008.

Aunque cada país guarda sus propias semillas clave para su producción alimentaria, la bóveda en Noruega es una suerte de respaldo.

Congeladas y secas, se estima que las semillas pueden preservarse por cientos de años y utilizarse en caso de necesidad para regenerar los cultivos.

Según le explicó a la BBC Hega Njaa Aschim, portavoz del gobierno de Noruega, dueño del establecimiento, el búnker fue construido en Svalbard porque se suponía que el permafrost era permanente.

El problema fue que en octubre de 2016, cuando las temperaturas debían rondar los -10ºC, alcanzaron los 0ºC.

"Fue un verano muy húmedo en Noruega", explicó Aschim.

"Dentro de la montaña es seguro, pero los problemas que estamos experimentando están justo fuera y en el frente del túnel, que es la entrada", dijo Aschim.

"Pudo haber habido un cambio en el permafrost, pero no lo sabemos, y eso es lo que están investigando ahora los científicos del clima", añadió.

Trabajos de reparación

Los directores de la bóveda están tomando medidas para garantizar la seguridad de la bóveda.

Una de ellas es construir canaletas de drenaje en las laderas de la montaña, para evitar que el agua se acumule en la zona de acceso.

También está previsto levantar paredes a prueba de agua dentro del túnel de 100 metros de largo como medida precautoria.

Otra tarea que ya han hecho es retirar los equipos eléctricos dentro del túnel que despiden calor e instalaron bombas de aire por si se produce una inundación en el futuro.

Asimismo, Statsbygg, la agencia que administra el búnker llevará a cabo un proyecto de investigación para monitorear el estado del permafrost en Svalbard.

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