El Aeropuerto Internacional de Pekín está llegando a su límite.
Decenas de millones de personas lo utilizan -es el segundo más transitado y de mayor tamaño del planeta después del de Atlanta, Estados Unidos- pero China tenía un plan: construir "la terminal más grande del mundo".
Pekín-Daxing, situada a 46 km al sur de la capital china, abrirá sus puertas en fase de pruebas a finales de septiembre. Estará operativo en octubre, y se espera que lleguen a pasar por él unos 100 millones de pasajeros al año.
El proyecto pasó por tres fases de ampliación desde que comenzó a construirse en diciembre de 2014. Su costo se estima en US$12.000 millones, aunque no hay cifras oficiales.
Tiene una capacidad de vuelos abrumadora: sobrepasará a la de los seis aeropuertos que tiene Londres, una de las ciudades más visitadas del mundo.
Hasta ahora, la impresionante estructura de este aeropuerto había sido un secreto. Pero el corresponsal en China de la BBC Stephen McDonell pudo visitarlo personalmente.
"Como suele ocurrir aquí, uno se maravilla del tamaño del lugar... y de la velocidad con la que se llegó a este punto", contó McDonell.
A continuación te contamos algunos datos asombrosos sobre esta nueva terminal.
1. Tiene forma de estrella de mar
El aeropuerto fue diseñado por el equipo de arquitectos de la premiada Zaha Hadid, fallecida en 2016.
También trabajaron en él la empresa de ingeniería francesa ADP, especializada en aeropuertos. El proyecto fue ejecutado por el Instituto de Diseño Arquitectónico de Pekín (BIAD).
La terminal tiene forma de estrella de mar y cuenta con cinco salas conectadas entre sí a una principal. En los extremos de cada ala, junto a las puertas de embarque, habrá grandes jardines al aire libre, según la tradición china.
Pero esa forma no es aleatoria. El curioso diseño está pensado para reducir las caminatas de los viajeros y hacer más eficiente el tiempo que pasan en el aeropuerto, minimizando las distancias entre los mostradores de facturación y las puertas de embarque.
2. Más de un millón de metros cuadrados
"La capacidad de carga y descarga del aeropuerto es de 72 millones de pasajeros y su área de construcción es de 1,43 millones de metros cuadrados", explicó en un video promocional Li Jianhua, ingeniero jefe de la nueva terminal del aeropuerto.
Se espera que tenga un total de siete pistas.
Para soportar semejante estructura, se colocaron 63.400 columnas de acero. En la construcción del edificio participaron unas 40.000 personas.
3. Doble entrada y salida
"A diferencia de otros aeropuertos, colocamos una doble entrada y una doble salida", dijo Li Jianhua.
Eso significa que, en la entrada, el edificio se divide en dos pisos. "Después de ingresar, los pasajeros pueden ir al tercer y al cuarto piso".
En cuanto a la doble salida, "la salida internacional está separada de la nacional", explicó el técnico, "y los pasajeros se dividen en dos pisos".
"En las terminales suele ser imposible ver más allá de los controles de seguridad. Pero en esta los familiares podrán observar cómo sus seres queridos caminan hacia la puerta de embarque", dijo Zhang Ru, vocero del proyecto de construcción del aeropuerto, en declaraciones a los medios a finales de 2018.
4. Tren propio de alta velocidad
Este aeropuerto "es el primero del mundo en un tren de alta velocidad que pasa por la terminal principal", según Li Jianhua.
El ingeniero señaló que también estará conectado a través del metro: "Hay seis vías en el metro con 16 estaciones directamente en el edificio de la terminal", señaló.
"Eso permite lograr un sistema de conexiones sin problemas".
5. Usará energía renovable
El nuevo aeropuerto tiene varias funciones que le permitirán ahorrar energía.
Para ello, combinará el uso de energía solar y geotérmica con fuentes de energía tradicionales, de acuerdo con datos de la Comisión Municipal de Desarrollo y Reforma de Pekín.
Recolectará el 100% del agua de lluvia y contará con una granja solar -sistemas fotovoltaicos en los tejados de aeropuerto- que se espera genere hasta 6,1 millones de kilovatios por hora de electricidad al año.
También tendrá bombas de calor geotérmico cerca de la cuenca de un río cercano que permitirán alimentar los sistemas de calefacción y refrigeración de las instalaciones, así como vehículos de energía limpia.