Cuando Sophie Wheldon era estudiante recibió un diagnóstico que, dice, fue "un enorme shock": tenía leucemia.

Ahora insta a la gente a reconocer los síntomas de la enfermedad.

Sophie, una británica de 24 años, cuenta como descartó su infección persistente en el pecho, los dolores de cabeza y el dolor de cuello pensando que era estrés mientras estudiaba.

Pero después de ver a su médico y de ir al hospital, le diagnosticaron el cáncer en la sangre en 2018.

Según la organización Leukemia UK, menos del 1% de las personas pueden identificar los síntomas de la enfermedad, a pesar de que cada día 28 personas son diagnosticadas en este país.

En todo el mundo, en 2020 unas 500.000 personas fueron diagnosticadas con leucemia, según el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer.

Cuatro de los síntomas más ampliamente reportados incluyen fatiga, hematomas, sangrado inusual e infecciones repetidas, señala la organización benéfica.

Leukemia UK se unió a la organización Leukemia Care para instar a las personas a estar al tanto de los posibles síntomas.

Ambas organizaciones subrayan que el diagnóstico temprano puede salvar vidas.

Wheldon estaba estudiando biología en 2018 cuando se enfermó y su médico le aconsejó que fuera al hospital después de advertirle que su dolor de cuello podría ser meningitis.

La joven dice después de que la revisaron en la sala de urgencias fue trasladada de inmediato a la sala de pacientes "agudos" donde le tomaron análisis de sangre cada hora, tomografía computarizada de cuerpo completo y "lo que ahora sé que fue una biopsia de médula ósea".

Después de la biopsia, sus síntomas persistieron y volvió a ver al especialista. Allí se enteró de que estaba "clasificada como enferma terminal".

Posteriormente le dijeron que podía ser elegible para un tipo particular de tratamiento: la terapia CAR-T.

El proceso consiste en extraer parte del sistema inmunitario y los glóbulos blancos de una persona y reproducirlos para que reconozcan y se dirijan específicamente a las células cancerosas, señala Wheldon.

La joven afirma que ella fue la primera persona de su comunidad que recibió el tratamiento. Y fue sometida a éste un día después de cumplir 21 años, en junio de 2019.

"Cuando regresaron con [las células], las traían en una pequeña bolsa. Eso era lo que me salvaría la vida", cuenta. "Era una infusión de 20 segundos: es una locura pensar que sea posible".

Después de someterse a revisiones regulares de su sangre, en julio de 2019 le dijeron que "estaba en remisión completa", lo que, asegura, fue "literalmente el mejor día de su vida".

Su sistema inmunológico se ha visto afectado por el tratamiento, pero dice que está "agradecida de estar aquí" e insta a las personas a estar al tanto de los signos que pueden indicar la presencia de la enfermedad.

"Los síntomas de la leucemia pueden ser tan vagos y fáciles de pasar por alto, pero siempre tienes que confiar en tu instinto", agrega. 

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