De no haber suficiente sangre masculina para tratar su condición, Jo Daniels podría quedarse ciega.

Esta mujer de 39 años, originaria de Bristol, en el suroeste de Reino Unido, padece el síndrome de Sjogren, un trastorno autoinmune que ataca a las glándulas lagrimales y le produce dolorosas úlceras en las córneas.

Para mantener su vista, debe tratar todos los días sus ojos con un suero hecho a partir de sangre específicamente masculina.

La razón es que la sangre de los hombres contiene más hierro que el de las mujeres, algo importante para los pacientes cuyas vidas dependen de transfusiones regulares.

A diferencia de los hombres, las mujeres producen anticuerpos durante el embarazo, lo que hace que su sangre no se pueda utilizar para hacer otros productos o para transfusiones especializadas, como las completas en recién nacidos.

"Completamente a oscuras"

Daniels recuerda cómo su vista empezó a deteriorarse a un ritmo alarmante, lo que puso su vida patas arriba.

Primer le empezaron a picar los ojos, lo que pronto pasó a ser dolor.

"En el transcurso de cuatro semanas, pasé de tener una vista normal a estar completamente a oscuras", le cuenta a la BBC.

"Y para empeorar las cosas, ocurrió durante la época navideña, por lo que (los servicios de salud) no me pudieron atender tan rápido", prosigue.

"Me preocupaba perder mi carrera y no poder ver crecer a mi hija".

Luego de pasar por numerosos tratamientos que no la ayudaron, Daniels se resignó al hecho de que nunca podría recuperar su vista.

Pero un último intento con un suero hecho a partir del plasma de sangre donada por hombres le dio esperanza.

"Ahora solo puedo ver gracias a los hombres que donan sangre, la cual se usa para extraer un suero que personas como yo se ponen en sus ojos cada hora".

Un trastorno incurable

Jo Daniels asegura que sin suficientes hombres que donen sangre "este tratamiento ya no estará disponible para mí y comenzaré a perder la vista nuevamente".

El síndrome de Sjogren afecta partes del cuerpo que producen fluidos corporales como las lágrimas y la saliva.

Es más común entre mujeres con edades comprendidas entre los 40 y los 60 años. Actualmente no existe cura a esta enfermedad.

Pero por cada 100 mujeres que comenzaron a donar sangre en 2019 en Reino Unido, solo 70 hombres hicieron lo mismo.

"Necesitamos que más de 68.000 hombres comiencen a donar sangre este año", afirma Mike Stredder, jefe de reclutamiento de donantes del Servicio Nacional de Salud británico (NHS, por sus siglas en inglés).

"La sangre de los hombres se puede usar de manera extraordinaria para salvar vidas, pero no contamos con suficientes donantes nuevos.

"No es una cuestión de reclutar tantos donantes como se pueda, se trata de obtener una combinación de género correcta", concluye Stredder.

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