Los buzos buscaban redes de pesca abandonadas en el fondo del mar, pero lo que encontraron resultó ser mucho más interesante.

El equipo de submarinistas tenía como misión sacar fuera del agua estos objetos -conocidos como "redes fantasma"- que constituyen una verdadera amenaza para la vida marina pues los animales pueden quedar atrapados en ellas sin remedio.

Sin embargo, la red que encontraron los buzos del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) el pasado noviembre en el fondo del mar Báltico contenía una sorpresa: una máquina Enigma, uno de los dispositivos de encriptación de mensajes utilizados por la Alemania nazi durante la II Guerra Mundial.

Aunque durante aquel periodo estos aparatos fueron producidos y usados en grandes cantidades, en la actualidad son difíciles de encontrar y tienen un importante valor histórico.

La Armada nazi usaba la máquina Enigma para, entre otras cosas, cifrar los mensajes que enviaba a sus submarinos para interceptar los convoyes de abastecimiento que Estados Unidos enviaba a Inglaterra.

El matemático británico Alan Turing logró descifrar esos códigos secretos de la máquina Enigma, lo que -según los expertos- ayudó a acortar la duración de la II Guerra Mundial al facilitar la derrota nazi.

En 2017, un profesor de criptografía descubrió una de estas máquinas a la venta en un mercado de pulgas que estaba siendo ofrecida de forma equivocada como si simplemente se tratara de una curiosa máquina de escribir. La adquirió por US$114 y terminó subastándola por US$51.500.

Pero, ¿cómo llegó esta máquina al fondo del mar Báltico?

Submarinos sacrificados

El dispositivo fue encontrado en el lecho marino en la bahía de Geltinger, en la parte nororiental del mar Báltico.

Allí, en 1945, la Armada nazi llevó a cabo la operación Regenbogen que contemplaba el hundimiento de los submarinos alemanes y la inutilización de sus instrumentos para evitar que cayeran en manos de los aliados.

Se estima que medio centenar de submarinos fueron hundidos en ese procedimiento.

"Sospechamos que esta Enigma fue lanzada por la borda durante ese evento", dice Florian Huber, arqueólogo submarino y uno de los buzos del equipo Submaris que encontró la máquina de encriptación.

Gabriele Dederer, consultor de la WWF en Alemania, señala que durante años esa organización ha estado trabajando para eliminar la presencia de redes fantasma del mar Báltico y que con frecuencia encuentran objetos grandes atrapados entre ellas.

"La máquina Enigma es, con diferencia, nuestro hallazgo histórico más emocionante", señala.

Legalmente, la WWF está obligada a reportar este tipo de hallazgos a las autoridades correspondientes que son las responsables de custodiar este tipo de objetos considerados como parte del patrimonio cultural.

En el caso de esta máquina Enigma será sometida a un proceso de restauración en los talleres del Museo de Arqueología de la ciudad de Schleswig.

¿Cómo funcionaba una máquina de cifrado Enigma?

  • Los rotores (parte giratoria de la máquina) ubicados arriba y a la izquierda podían ajustarse a diferentes configuraciones para crear códigos. Cuantos más rotores tenía, el código era más difícil de descifrar.
  • El mensaje encriptado se mecanografiaba con las teclas de una máquina de escribir que el aparato tenía en la parte delantera.
  • Cada vez que se tecleaba una letra, una lámpara iluminaba una de las letras en el centro de la máquina; de este modo la letra iluminada formaba parte del texto cifrado.
  • Los modelos posteriores tenían un panel de enchufe al frente (justo debajo de las manos del operador), que añadía un nivel extra de complejidad.

 

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