Un equipo de investigadores australianos publicó un estudio que contradice una de las teorías más populares de Charles Darwin sobre la evolución de las ballenas.

Según Darwin, los dientes de las ballenas prehistóricas -que al cerrarse crean una suerte de zigzag- habían adquirido su forma para poder filtrar el agua y alimentarse de los crustáceos que flotan en el océano.

En opinión del naturalista británico, fue esta función de filtrado lo que impulsó una evolución linear que reemplazó a los dientes y les dio a las ballenas sus barbas.

Estas barbas les permiten a las ballenas barbadas actuales filtrar el plancton que constituye su alimento básico.

Sin embargo, según demostraron científicos de la Universidad Monash y de los Museos Victoria en Australia, los antepasados de las ballenas barbadas modernas -entre las que se encuentran la ballena franca austral y la ballena azul- tenían dientes extremadamente afilados que no usaban para filtrar el agua sino para despedazar a sus presas.

A diferencia de las ballenas barbadas actuales, los dientes de sus predecesores "eran tan afilados como los de los grandes felinos africanos", señaló Erich Fitzgerald, curador de vertebrados de los Museos Victoria y uno de los autores del estudio.

Es decir, las ballenas eran depredadores despiadados que perdieron sus dientes antes de evolucionar y convertirse en ballenas barbadas.

Cambio radical

Los investigadores llegaron a esta conclusión después de comparar modelos tridimensionales de un diente prehistórico de una ballena hallado en 2006 en la costa sur de Australia con modelos similares de depredadores modernos, recolectados de distintas colecciones de especímenes alrededor del mundo.

Descubrir que sus dientes eran tan afilados, incluso más afilados que los de la mayoría de los mamíferos tomó por sorpresa a los investigadores.

"Cuando evolucionaron a la filtración de comida, las ballenas cambiaron su biología alimenticia totalmente, incluso de una forma más radical de la que imaginamos ahora", señaló David Hocking, otro de los expertos que participó en la investigación.

De acuerdo al estudio, publicado en la revista Royal Society journal Biology Letters, estos mamíferos no eran gigantes dóciles como se suele pensar, sino que eran más pequeños y feroces.

No obstante, los investigadores reconocen que aún falta mucho trabajo por hacer para entender los orígenes de las ballenas barbadas, los animales más grandes del planeta que, curiosamente, se alimentan de algunas de las criaturas más pequeñas del océano.

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