Tener una sólida red de amigos tiene muchas ventajas, desde recibir apoyo cuando uno está pasando un mal momento a tener un grupo para compartir ideas. Pero, ¿podríamos estar perdiéndonos algo si sólo nos juntamos con personas que son como nosotros?
Para muchos de nosotros, la gente que vemos regularmente representa una parte definitoria de nuestras vidas.
Los amigos nos ayudan a entender cuál es nuestro lugar en el mundo y las investigaciones muestran que la amistad está asociada con la reducción de la ansiedad.
Hay cada vez más evidencias de que la gente tiende a entablar amistad con personas similares a ellas.
Es muy posible que todos podamos beneficiarlos de la ampliación de los círculos en los que nos movemos. Por ejemplo, mezclarnos con grupos diversos puede estimular la creatividad y beneficiar a los individuos y a la sociedad.
La influencia del entorno
El impacto que nuestro entorno social tiene en el fortalecimiento de nuestras opiniones es un área que los investigadores están estudiando.
Las actitudes que sostenemos con más firmeza guían la manera en que vemos el mundo y son más resistentes a ser cambiadas por la persuasión de otras personas.
A menudo buscamos, procesamos y retenemos información que confirma nuestro punto de vista, mientras descartamos la que no concuerda con nuestras opiniones.
Un ejemplo de este "sesgo de confirmación" puede evidenciarse en la manera en que escuchamos las opiniones de otros sobre el Brexit.
La mayoría se mueve en entornos sociales formados por gente con las mismas posturas e intereses, mientras que una pequeña minoría se mezcla con gente con un rango más amplio de visiones y opiniones.
A medida que los grupos se vuelven más diversos, la evidencia sugiere que sus miembros son más proclives a ser persuadidos y sus actitudes hacia un asunto particular se vuelven menos férreas.
Confirmar la propia creencia
En el caso del Brexit, muchos hemos tenido ese momento en que notamos que todos los que conocemos tenemos la misma opinión.
Eso explica por qué si eres un remainer (partidario de la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea) te habrás sorprendido por el resultado del referéndum.
Sin embargo, si eres un leaver (partidario de la salida de Reino Unido en la UE), el resultado puede haberte parecido más obvio; después de todo, la mayoría de la gente que conoces tiene esa opinión.
Este es un ejemplo actual donde la gente mantiene posturas divergentes.
"¿Dios los cría?"
La tendencia resumida en el dicho "Dios los cría y ellos se juntan" -un comportamiento que los sociólogos llaman homofilia- a menudo refuerza los estereotipos acerca de nuestro propio grupo y los de los otros.
Puede suceder en muchos sentidos: por ejemplo, los niños que se agrupan en las cafeterías de las escuelas, ya sea por características étnicas u otros factores intuitivamente menos obvios como el estilo de corte de pelo o si usan gafas.
Pronto descubriremos que nuestro mundo social se divide en rangos etarios, clases sociales, visiones políticas, religión y raza.
El grupo propio
Sesgos psicológicos adicionales aparecen luego.
Así por ejemplo, veremos a nuestro grupo como el "mejor" -más interesante, entretenido e informado- y a otros grupos menos favorables.
En el peor de los casos, podemos pasar de una leve preferencia por nuestro propio grupo a un activo rechazo hacia otros.
A medida que los grupos se separan, pueden terminar viviendo en diferentes barrios, yendo a diferentes escuelas y creyendo en diferentes "hechos".
El desconocimiento de los hábitos, creencias y sentimientos de otros puede moldear nuestra idea del mundo, mientras tendemos a usar estereotipos para darle sentido a la gente que nos encontramos regularmente.
Ampliar el círculo
A pesar de eso, los investigadores sostienen que tener amigos que pertenecen a otros grupos puede ser bueno para nosotros.
Puede reducir la ansiedad a la hora de mezclarnos con gente que "no es como nosotros" y a disipar expectativas negativas al interactuar con ellos.
Esto, a su vez, puede conducir a actitudes más positivas para otros grupos en general.
Nos permite y nos alienta a tomar las perspectivas de los miembros de otros grupos y a sentir más empatía hacia ellos.
Un efecto sorprendente del contacto con un grupo diferente -por ejemplo homosexuales o gente con más o menos dinero que nosotros- es que puede ayudarnos a cambiar nuestras actitudes.
Esos contactos parecen reducir los prejuicios, la polarización y la segregación.
Menos prejuicios
La manera en que el contactarnos con otros grupos cambia nuestras actitudes ha sido constatada en innumerables estudios en el mundo.
Muchas de esas investigaciones se iniciaron en Estados Unidos, donde el estudio de las relaciones en las escuelas entre alumnos blancos y negros demostró que el contacto reduce el prejuicio.
Otros ejemplos exitosos de esos contactos, recogidos por mi propio equipo de investigación en Oxford, incluyen a católicos y protestantes de Irlanda del Norte; malasios, chinos e indios en Malasia y greco-chipriotas y turco-chipriotas en Chipre.
Recientemente constatamos que la fusión de escuelas previamente creadas para británicos blancos y para británicos asiáticos en Oldham, desembocó en actitudes más positivas entre unos y otros y en la formación de más grupos mixtos de amigos.
Contactos indirectos
Por supuesto que en muchos lugares los grupos todavía viven segregados.
Pero los contactos indirectos entre ellos pueden conducir a un cambio de actitudes.
Por ejemplo, conocer a otros grupos a través de amigos en común ha ayudado a reducir los niveles de prejuicios casi tan efectivamente como el contacto directo.
También se ha visto a gente cambiar sus actitudes hacia otros grupos después de ver películas o programas de televisión que retratan a los miembros de esos grupos.
Por ejemplo, una investigación sobre la comedia Will and Grace, que se centra en la amistad entre una mujer heterosexual y un hombre homosexual, concluyó que las actitudes hacia los gays son más positivas entre quienes ven más episodios.
Estos resultados no se manifiestan solamente entre quienes eligen ver esos programas.
A través de experimentos que seleccionaron gente al azar para que viera programas como Queer Eye for the Straigh Guy, se descubrió que eran más proclives a reducir los niveles de prejuicios que quienes habían visto otros programas.
Una herramienta
El contacto, sin embargo, no es la panacea contra el prejuicio.
Su efectividad se ve limitada por la continua segregación o donde el sentido de amenaza se percibe cuando los grupos se mezclan, confirmando los prejuicios.
Más de 60 años de investigación -desde Norteamérica a Europa, Asia, África y Australia- indican que el contacto entre grupos es una poderosa herramienta para mejorar las relaciones.
En muchos casos nos verá viviendo juntos de una manera más positiva y apacible en un mundo cada vez más diverso.