Las odas a la escritura manual, que supuestamente murió a manos de los teclados y los teléfonos, abundan, pero lo cierto es que todo el mundo sigue escribiendo.
Hay listas de la compra, recetas de cocina o cartas de amor que se siguen escribiendo a mano.
Cuando dejamos a un lado el teclado y tomamos el bolígrafo puede invadirnos la preocupación sobre si otros van a entender nuestros garabatos.
No solo se trata de las diferencias entre nuestra escritura y las de otras personas. También la escritura manual varía dependiendo del país donde la aprendimos. Y en este sentido, tu escritura puede ser reveladora.
Nacionalidad de la letra
Existen ciertas huellas culturales en nuestra escritura que cuentan la historia de nuestra nacionalidad.
La forma de las letras revela de qué país proceden y cuáles son sus fronteras, así como lo hace la cocina o la moneda.
El estilo cursivo viene del latín currere (correr), y se refiere a la escritura uniendo las letras de cada palabra.
Y dependiendo del país en el que aprendiste a escribir, hay rasgos que diferencian tu caligrafía.
Por ejemplo, si creciste en Reino Unido a mediados del siglo XX, es posible que hayas aprendido cursiva en bucle.
En Estados Unidos, el estilo spenceriano fue adoptado como el modelo estándar para la correspondencia comercial, antes de que se hiciera masivo el uso de las máquinas de escribir. Este es un estilo adornado, que emplea letras redondas inclinadas a la derecha.
Si eres un millenial y vives en el oeste de Australia, tus palabras puede que se inclinen unos 80 grados hacia la derecha, mientras que en la mayor parte de Europa los jóvenes escriben de forma vertical.
Señas sutiles
También pueden identificarse diferencias sutiles en la escritura.
En Francia, el número siete siempre se escribe con una raya que lo atraviesa, a fin de diferenciarlo del uno.
Pero en Canadá, el siete aparece desnudo, sin ningún tipo de adorno.
En Alemania todavía enseñan Schreibschrift, un estilo de caligrafía en el que la "q" en minúscula tiene un toque decorativo en la parte que desciende, a fin de que no se confunda con un nueve.
¿Para qué aprender todas estas diferencias?
De acuerdo con Bob Hurford, historiador y miembro de la Asociación Internacional de Expertos en Escritura, Transcriptores y Maestros de Caligrafía, quizás todo obedezca a la eterna búsqueda de una fórmula que permita escribir más rápido.
Desde la Edad Media
Los manuscritos de la Edad Media cuentan que muchos estilos de escritura se desarrollaron en monasterios. Eran denominados Textura, que técnicamente no era caligrafía cursiva, por cuanto las letras estaban separadas entre sí.
La letra gótica, con trazo grueso y letras pequeñas, también era bastante popular en esa época. La Biblia de Gutenberg estaba escrita en letra gótica.
Luego surgieron estilos híbridos como el Anglicano, que se convirtió en el más utilizado a lo largo de Bretaña y el norte de Francia.
En el siglo XIII, el renacimiento humanista en Italia inventó un nuevo estilo basado en el Imperio Carolingio, llamado minúscula carolingia, con sus hermosos puntos arqueados y bordes ligeramente redondeados.
Casi 200 años más tarde, la imprenta permitió a los maestros de la caligrafía expandir masivamente su influencia, a través de los libros, por lo que comenzaron a estandarizarse ciertos estilos.
Eso hizo popular al alfabeto itálico desde el oeste de Europa, pasando por los Alpes hasta la Península Ibérica, Francia y finalmente Inglaterra.
Con esta influencia de la imprenta, ¿cómo pudieron desarrollarse patrones regionales en la escritura manual?
Lo que expresa la letra
Evidentemente, algunos estilos manuales florecieron accidentalmente o de manera arbitraria.
Otros fueron resultados de esfuerzos por imitar el modelo artístico de los libros.
Los libros copiados a mano preservaron esas diferencias y pronto comenzaron a formar parte de nuestra conciencia nacional.
La caligrafía fue por un momento una señal de estatus social, un medio personal de expresión y una herramienta de trabajo, particularmente en los siglos XVII y XVIII.
Caligrafía del dinero
En el otro lado del Atlántico, los cambios en la caligrafía que se registraron en Estados Unidos respondieron a la velocidad del comercio.
Por ejemplo, los empleados de los muelles debían escribir, de manera clara y rápida, las facturas de las cargas de los barcos y los manifiestos de cada nave.
Escribir con cursivas en itálica era muy lento, así que se evolucionó a un estilo más simple, como el Copperplate, cuyo nombre surgió de la técnica de los maestros de imprenta de tallar el texto en una placa de cobre, para luego reproducirlo.
Este estilo lo vemos reflejado en la Declaración de la Independencia.
Y mientras el estilo Gótico perdía furor en Inglaterra, su uso fue desapareciendo de la escritura corriente, dando paso a nuevos estilos impulsados por la industrialización y la migración tanto en Europa como en Estados Unidos.
Plumas vs. bolígrafos
Los bolígrafos tienen mucho que ver con la caligrafía.
Las plumas y tinteros fueron sustituidos por plumas fuentes, que naturalmente se transformaron en bolígrafos con su tanque de tinta interno.
En 1960, se comenzó la producción masiva de bolígrafos de punta redonda, que dejaron a las plumas fuentes como herramientas del pasado; excepto en Francia, donde a los estudiantes aún les piden escribir apuntes con plumas fuentes de color azul.
Esto quizás pueda explicar por qué la caligrafía francesa mantiene su característica elegancia.
El instrumento clásico de la escritura requiere mayor destreza al sujetar la pluma, dando como resultado una cursiva inclinada con las letras en forma de lazo.
En contraste, la forma de los bolígrafos permite una escritura más audaz, más vertical, como el que se ha tipificado en la caligrafía estadounidense.
Vuelta a clases
En Australia, los jóvenes estudiantes deben escribir a lápiz hasta que se les expida la "licencia para bolígrafos": diploma que certifica el dominio de "letras unidas que están claramente formadas y consistentes en cuanto a tamaño".
Pero la caligrafía cursivaestá siendo desplazada de las escuelas. Su enseñanza ya no es necesaria en la mayoría de las escuelas públicas de Estados Unidos.
Algo similar ocurre en Finlandia, donde también han migrado de cursos de escritura de mano a unos de tecleado.
Pero en Inglaterra han mostrado una actitud completamente distinta hacia la caligrafía. El gobierno de Reino Unido no obliga esta enseñanza, por lo que el sistema educativo tiene libertad para enseñar sus propios métodos, los cuales incluyen un amplio rango de estilos.
Evolución
Desde la piedra esculpida y los manuscritos, hasta el correo electrónico, la escritura a mano es un fenómeno en constante evolución, que deja muchos matices regionales en peligro de extinción.
En ese sentido, los mensajes de texto han contribuido a la creciente homogeneidad de la escritura.
No obstante, mientras que la impresión es opaca, la escritura es sincera: los procesadores de palabras no pueden revelar correcciones, garabatos en los márgenes o la intimidad de las frases escritas a mano.
"La escritura es una huella de uno mismo en la página", dice la doctora Rosemary Sassoon, investigadora de escritura a mano.
De hecho, la escritura a mano transmite sentimiento, originalidad y una expresividad que los mensajes de texto o los emoticones no pueden igualar.
En la era del iPhone, la utilidad cursiva puede parecer dudosa, en particular para las generaciones más jóvenes.
Una "proporción de adolescentes", señala Sassoon, "parece ignorar cualquier rastro del modelo de escritura que aprendieron, y desarrolla una redacción personal casi imposible de distinguir de sus pares".
"Parece que pronto ya no será tan fácil decir la nacionalidad de un escritor".
Por ahora, al menos, las diferencias son fáciles de detectar.
Lee la historia original en inglés en BBC Culture