Es posible que alguna vez hayas hecho listas de tareas por hacer, aunque también es probable que no hayan sido parecidas a la que escribió hace más de 350 años Robert Boyle, considerado como uno de los fundadores de la Química moderna.
A pesar de que todavía muchos las escribimos a mano como él, generalmente no son tan largas: la suya tiene 24 pendientes.
Pero es el contenido el que marca la diferencia.
No es que te subestimemos, pero dudamos que tus listas incluyan cometidos como los tres que encabezan la suya:
- La prolongación de la vida.
- La recuperación de la juventud, o al menos algunas de las marcas de la misma, como nuevos dientes, nuevo cabello con el color que tenía en la juventud.
- El arte de volar.
Boyle la escribió en la década de 1660 mientras ayudaba a fundar la Royal Society, el primer organismo científico del mundo.
Y ese tipo de escritos habían sido inspirados en parte por el filosofo natural y padre del empirismo Francis Bacon (1561-1626), quien era muy admirado por los miembros de esa Real Sociedad.
Desiderata
Esas listas de tareas por hacer, eran más bien "marcadores de lo que la humanidad podía lograr junta... para expandir el horizonte de posibilidades", según la historiadora Vera Keller en su libro "El 'Nuevo mundo de las ciencias': la temporalidad de la agenda de investigación y las interminables ambiciones de la ciencia".
En otras palabras, eran listas de deseos o desiderata, del latín desidero: desear, pedir.
La desiderata de Bacon fue impresa al final de su libro "El avance del saber" en la forma de una lista de títulos de capítulos aún no escritos.
Estos se irían completando gradualmente, a lo largo del tiempo y por más de una persona, a medida que la ciencia avanzara.
El trabajo completo se titularía "El nuevo mundo de la ciencia".
Aún no se ha logrado, pero su desiderata -para estar a tono con el tema de las listas- propició, entre otras cosas:
- investigaciones guiadas por los títulos de los capítulos no escritos
- la idea de que el avance científico es un viaje sin final
- la práctica generalizada de crear desideratas en varias disciplinas
La de Boyle
Así que volvamos a la de Boyle, que fue encontrada entre sus documentos tras su muerte.
¿Qué sueños ha podido cumplir la ciencia en estos 3 siglos y medio?
Varios de sus deseos tenían que ver con la salud y el bienestar.
* La prolongación de la vida
La esperanza de vida en Europa en el siglo XVII era de entre 30 y 40 años, aunque los datos son difíciles de comparar con los del siglo XIX debido a la alta mortalidad infantil.
Según la Organización Mundial de la Salud, la esperanza de vida promedio de la población global era 72 años en 2016.
* La recuperación de la juventud, o al menos algunas de las marcas de la misma, como nuevos dientes, nuevo cabello con el color que tenía en la juventud
Impedir o reversar el envejecimiento sigue siendo un sueño imposible.
Pero ha habido tintes para esconder las canas desde la antigüedad.
Y ya para cuando Boyle escribió su lista, la cirugía plástica estaba dando sus primeros pasos.
Respecto a los dientes, a partir de la década de 1720, un grupo de gente con conocimientos de cirugía se autodenominaron dentistas y practicaron lo que hoy reconocemos como odontología moderna.
* La cura de enfermedades a distancia o al menos por trasplante
No estamos muy seguros de lo que quería decir Boyle con esto, pero los trasplantes de órganos humanos comenzaron a ocurrir a finales del siglo XX.
Con las radiografías, las máquinas de resonancia magnética y los ultrasonidos se puede observar el cuerpo por dentro del cuerpo a distancia.
Además, los médicos ahora pueden diagnosticar muchas afecciones a través del chat de video.
Sin embargo...
* La cura de heridas a distancia sigue siendo un imposible.
Respecto a medicamentos, Boyle tenía una lista de compras larga:
* Potentes drogas para alterar o exaltar la imaginación, la memoria y otras funciones, y reducir el dolor, ofrecer sueño inocente y sueños inocuos, etc.
* Libertad para suprimir la necesidad de dormir, tal y como ocurre con el té o a los locos
* Sueños placenteros y ejercicios físicos ejemplificados por el electuario egipcio y por el hongo mencionado por el autor francés
* Consecución de gran fuerza y agilidad corporales, tal y como se produce en frenéticos, epilépticos e histéricos
Hoy en día, le podríamos ofrecer desde barbitúricos y anabolizantes hasta drogas alucinógenas y estimulantes, además de medicinas que habrían agradecido mucho en su época.
El mar
No extraña que varios de los ítems en la lista del científico del siglo XVII tuvieran que ver con el mar, dada la preponderancia que la navegación en tantos aspectos de la vida en esos tiempos de descubrimiento y conquista.
Por eso, quería * Un barco que navegue con todos los vientos y un barco que no se hunda, el primero se lo podemos dar, el segundo, quizás no, pero definitivamente los de hoy en día son sustancialmente más seguros que los de entonces.
La resolución de "el problema más grande de la época" forma parte de la lista: * La forma práctica y certera de hallar longitudes.
Y fue la realización de otro de sus deseos -* Uso de péndulos en el mar y en los viajes y su aplicación a los relojes- el que ayudó al relojero inglés John Harrison a medir con precisión la longitud.
Hoy tenemos relojes de cuarzo y el GPS que puede determinar su ubicación en la Tierra dentro de los 11 milímetros.
El agua
La visión de Boyle no se limitaba a mantenerse a flote. Quería que lográramos dominar...
* El arte de mantenerse mucho tiempo bajo el agua, y de ejercer funciones libremente allí
Ya en tiempos de Aristóteles se había visualizado un submarino, y en 1661 el rey Jacobo I de Inglaterra y miles de sus súbditos se quedaron atónitos al ver como la nave del holandés Cornelius Drebbel se sumergió bajo las aguas del río Támesis y permaneció ahí durante 3 horas.
Pero pasarían unos siglos más antes de que se produjeran los enormes y potentes submarinos atómicos de uso militar y los supersofisticados minisubmarinos de control remoto de uso científico y comercial.
Una vez bajo el agua, Boyle quería...
* La emulación del pez sin motores, solo con traje y educación
El equipo de buceo estaba en uso a fines del siglo XIX y algunos buzos contemporáneos han permanecido bajo el agua durante más de dos días.
Pero en la lista hay otro sueño que para ese entonces era aún más fantasioso.
* El arte de volar
Wilbur y Orville Wright inventaron, construyeron y volaron con éxito en un aeroplano por primera vez en la historia en 1903...
...o quizás el vuelo que cuenta es el que hizo un brasileño llamado Alberto Santos Dumont, que para algunos es el verdadero padre de la aviación.
En cualquier caso, esa tarea que aparece en el 2º lugar en la lista de Boyle se cumplió y ahora los viajes aéreos son tan rutinarios como lo era viajar en un carruaje tirado por caballos en su época.
¡Si le pudiéramos contar sobre de los trasbordadores espaciales!
Grandes ambiciones
Es difícil saber precisamente qué imaginaba Boyle al escribir "El logro de dimensiones gigantescas".
Si se refería al ser humano, en promedio somos 10 centímetros más altos que hace 150 años gracias a una mejor nutrición.
Si estaba pensando en lo que los seres humanos podían construir, es posible que el Burj Khalifa o el centro comercial súper-regional Mall of America entrarían en su definición de 'gigante'.
* La aceleración de la producción de cosas a partir de semillas. Hoy tenemos cría selectiva, hidroponía, invernaderos, los controvertidos organismos genéticamente modificados, etc.
* Transmutación de especies minerales, animales y vegetales, que se ha logrado con la biología sintética y la ingeniería genética.
Cosas varias
* La fabricación de gafas parabólicas e hiperbólicas
Los primeros lentes no esféricos de alta calidad se fabricaron durante la vida de Boyle, y la tecnología no ha dejado de avanzar.
Los impresionantes telescopios con los que los astrónomos exploran el firmamento también sirven para pasar esta tarea a la lista de las realizadas.
* La fabricación del vidrio maleable
Los métodos sofisticados de producción de vidrio y los plásticos transparentes, que se desarrollaron por primera vez en el siglo XIX y se perfeccionaron en el siglo XX, quizás lo habrían satisfecho.
* La fabricación de una armadura ligera y extremadamente dura
La armadura a prueba de balas era conocida en la época de Boyle, pero la introducción de los chalecos Kevlar en la década de 1970 los hizo verdaderamente ligeros y fuertes.
* Barnices que huelan a perfume al frotarlos
Scratch and sniff o rasca y huele fue inventado por 3M en 1965.
Queda pendiente...
Además de curar heridas a distancia, hay otros sueños sin realizar:
* La transmutación de metales
* La invención de un disolvente universal y
* Una luz perpetua
Aunque la bombilla eléctrica se inventó en el siglo XIX y la de mayor duración ha estado funcionando durante al menos 116 años, ahora sabemos que ni siquiera el Sol nos garantiza luz perpetua.